𝘾𝙪𝙖𝙧𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙪𝙣𝙤

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Desperté en mi habitación, me acomodé un poco y pude ver a Juan acostado a mi lado, miré la ventana y todo se veía muy oscuro, quizás ya era de madrugada.

—Juanito.— susurré mientras lo movía un poco para despertarlo

Él abrió los ojos y me miró con una sonrisa, se acomodó para quedar igual que yo y me abrazó

—Que susto nos diste.— murmuró sin separarse del abrazo

—¿Qué me pasó?.— pregunté sin entender cómo había llegado a mi cama

—Fué un relajo, primero Roberto gritó que llamaramos a una ambulancia, después Cry y yo bajamos asustados, te vimos mal así que llamamos a la ambulancia, vinieron los paramédicos y te revisaron, no estabas tan grave así que solo te inyectaron algo.— explicó —Nos dijeron que te dejáramos descansar así que Barca te subió a tu habitación.—

—¿Y por qué estás tú aquí y no Barca?.— pregunté y me miró ofendido —Me encanta tenerte conmigo pero se me hace extraño no tenerlo aquí.—

—Barca y Roberto querían quedarse contigo pero empezaron a discutir.— dijo —Entonces Ded los mandó a cada uno a su habitación, así como si estuvieran castigados.—

Ambos reímos un poco y él se levantó de la cama

—Ya ví que estás bien, es mejor que me vaya a mi habitación.— exclamó

—Quedate.— pedí y él me miró —No quiero estar sola.—

—Son las 03:00 am, quiero dormir.— dijo y hice una mueca —Está bien, me quedo.—

Se volvió a acostar a mi lado y yo sonreí, era bueno tener un hermano

—No puedo dormir.— avisé —Sé que tú tienes sueño pero hay muchas cosas que necesito hablar con alguien.—

—¿Me puedo dormir y fingir que te escucho?.— preguntó con los ojos cerrados

—No, es importante.— dije y ví que abrió los ojos para después mirarme

—Te escucharé entonces.— exclamó acomodándose para quedar frente a frente

—Realmente no estoy cómoda con Rocío viviendo aquí.— confesé —Pensé en darle una oportunidad pero casi me mata.—

—No puedo estar en contra de ella solamente por tus sospechas.— dijo y lo miré mal —¿Cómo es que Rocío sabría que eres alérgica a la canela? Ni siquiera yo lo sabía.—

En eso tenía razón, era imposible que Rocío supiera eso, nunca lo había hablado con nadie pero.. Barca lo sabía también.

—Barca lo sabía.— hablé tratando de sacar las malas ideas de mi cabeza —¡Quizás él le dijo!.—

—¿Crees que Barca haría algo que te pusiera en peligro?.— preguntó riendo y yo lo pensé —Él es el que más te quiere y lo sabes, además no creo que tus alergias sean un buen tema de conversación.—

—Ella solo quiere hacer cosas para dañarme, rompió a bodoque.— recordé

—Pero no puedes probar que te dió las galletas intencionalmente.— dijo y suspiró

—¡Lo probaré!.— exclamé decidida —Ella no es lo que ustedes piensan.—

—Está bien pero pruébalo mañana, hoy ya es muy noche y quiero dormir.— habló y reí

Me estiré un poco y besé su frente

—Descansa Juanito.— susurré y ví como él cerró los ojos mientras se acomodaba mejor

Miré el techo durante unos minutos hasta que escuché los ronquidos de Juan, reí un poco y me levanté de mi cama, debía pensar una manera de desenmascarar a Rocío.

Agarré mi cámara para ver todas las fotos que había estado tomando, realmente me gustaba tener plasmadas las sonrisas de mis amigos.
Me senté de nuevo en mi cama y saqué la caja que estaba debajo, quería sacar los pedazos de Bodoque para alimentar más mi enfado y me diera más fuerzas para ir contra de ella, abrí la caja y una sonrisa apareció en mi rostro

Dentro estaba un nuevo bodoque, parecía el mismo pero no estaba roto ni sucio. Lo saqué y ví que había una nota

"No sé cuánto tiempo pase para que te des cuenta de esto, quise reemplazar a bodoque y estuve todo el día buscando uno identico, no hay muchos como este, cuídalo mucho y abrazalo fuerte, att: R"

Roberto podía ser tan encantador cuando quería, si no fuera tan bipolar quizás si me gustaría, era muy detallista conmigo.

Guardé la nota donde tenía todas las demás, abracé a bodoque y me volví a acostar junto a Juan, cerré los ojos aún conservando una gran sonrisa

A la mañana siguiente desperté y noté que Juan seguía durmiendo ahí, parecía estar profundamente dormido así que no quise despertarlo.

Escuché que alguien entró a mi habitación y cerró la puerta detrás

—Oh, estás despierta.— habló Rocío y la miré —Que buena compañía tienes.—

—¿Necesitas algo?.— pregunté en susurro

—Quería ver cómo estabas, hiciste un espectáculo ayer.— respondió —Realmente esperaba que murieras o algo así.—

—Sabía que lo habías hecho a propósito.— dije viendo como ella sonreía —Mi única duda es ¿Cómo sabías de mi alergia?.—

—Barca tenía una libreta con muchos datos sobre tí, cuando la ví enloquecí pero ahí habían muchos datos que me servirían para deshacerme de tí.— respondió

—¿Por qué estás tan obsesionada conmigo?.— pregunté harta, realmente estaba loca

—No estoy obsesionada contigo.— habló —Solo quiero que te largues de la casa.—

—No me iré, este es mi hogar y los chicos son mi familia, no me importa cuántas cosas me hagas, jamás los dejaré.— exclamé y me miró con enojo

—Esta bien hermanita, lo de tu peluche, tu estúpido cuadro y las galletas solo fueron el principio.— dijo y me levanté para quedar frente a ella —Preparate para lo que viene.—

Ambas nos acercamos, quería golpearla de nuevo, ya se lo estaba ganando.

—No creo que las amenazas sean necesarias.— habló Juan y ambas lo miramos ¿en qué momento se había despertado? —Perdoname por no creerte.—

Sonreí y él se puso sus lentes para después levantarse y acercarse a nosotras

—Rocio, yo te quiero mucho.— le dijo —Pero no fué muy inteligente decir todo eso conmigo en la habitación.—

—Era una broma Juan, tú sabes cómo soy yo y pensé que sería una buena idea venir a molestar a nuestra bella hermanita después de una noche tan mala.— dijo nerviosa

—Eso no sonó a broma, no quiero arriesgarme a qué le hagas algo más.— exclamó tomando mi mano

—¿Piensas que soy peligrosa?.— preguntó ella dramatizando, incluso parecía que iba a llorar

—Pusiste en riesgo su salud, casi la envenenas con canela.— dijo él —Creo que es obvio que eres peligrosa, ya no te reconozco.—

Pude ver qué Rocío bajaba la cabeza, al fin su máscara había caído y lo peor es que fué de una manera patética.

—¿Y ahora qué?.— preguntó Rocío en tono desafiantes —Sabes que tú no puedes echarme de aquí.—

Juan pareció meditarlo un poco

—No puedo hacer eso pero puedo ir a contarle todo a los demás, así no seré el único que piense que lo mejor es que tú te vayas.— respondió con una sonrisa

Rocío solamente hizo un pequeño berrinche molesta y salió de mi habitación, ella había perdido y mi tortura acababa de terminar ¿no?

𝐅𝐑𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 (Esos 4 + Tú) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora