37:馬鹿 (Idiota)

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Los días pasaron como un parpadeo.



Eso pensaron el resto de seres vivos.

Pero para un chico de caídas esmeraldas, cada segundo, minuto y hora fue una tortura cada vez mayor.

Lo que ocurría en su cabeza no dejaba de aumentar perturbándolo y desgastándole cada vez más, cuando debía de luchar era por la noche, etapa en la que extrañamente lograba sentirse seguro, pero a la vez era cuando peor se encontraba.

Sus decaídos parpados, manchas negras debajo de estos, desordenado cabello y mal olor, demostraban su falta de sueño, ya que la necesidad de este lo desmotivaba en demasía, provocando graves faltas higiénicas en su cuerpo, cosa que era muy extraña, pues para Boris, mantener su cuerpo pulcro era de sus mayores preocupaciones, pero el demacrado rostro revelado por el espejo demostraba su mentira.

Muchos susurros, gritos y tonos comunes le ordenaban no cerrar sus ojos.
Pedían a gritos y con desesperación no conciliar el sueño.

Boris creía que la forma de pararlas era desobedeciéndoles, ya que parecían temer a Morfeo.

En esos tres meses eran muy contadas las veces en que logró reposar, las alucinaciones y delirios acompañaban el terror de las voces.

Quitando las voces, su mente estaba muy cansada por todos los fallidos intentos de pelea, pero al dormir lograba reponerse y era una extraña droga en la que amaba perderse, la calamidad y silencio encontrados en la oscuridad lo llenaban de paz.

Paz que poco a poco era más difícil de alcanzar.





Tomo su cabeza con las manos comenzando los susurros a atacarle.
Negando con la cabeza y encontrando fuerzas de la nada, se levantó de la cama, como supuso, vio un pie extendido en el suelo que lo obligó a caer, lastimando su cara y abriendo las cerradas heridas.

La coagulada sangre en el suelo volvió a recibir otra tanda del líquido carmesí, llegando a llenar el piso de la habitación entera.

Tambaleándose y sangrando de la nariz volvió a caer en la cama, dejándose abrazar por la hostiganté presencia de las decenas de personas frente a él, quienes lo miraban entre risas y burlas.

Un crujido fue percibido a lo lejos, pero para el zagal no fue más que un sonido entre miles, no obstante, ese "susurro" vino acompañado de una fuerte luz que cegó su retina y "asesino" a los extraños.
-¿Boris?-La dulce voz se escuchó con claridad, llegando esta justo cuando todos se callaron.

La dorada melena llego a sus ojos, así como el delicioso olor de su champú.

El bello rostro lo vio con preocupación y los labios de la mujer se fruncieron en una extraña mezcla de tristeza, preocupación y felicidad.

Aún sin parpadear el de azabaches mechones se levantó y a diferencia de antes logro mantenerse en pie sin problema alguno.

Con una retorcida y lastimada sonrisa se acercó, sin embargo, por cada paso en el charco de sangre su cerebro volvió a engañarlo sin piedad.
-Oye... ¿Q-qué?-Su blanquecino dedo toco la manchada y pegajosa piel-Joder, que puto asco-Despego este, mientras su nariz percibió el horrible aroma proveniente de él y las cuatro paredes-¿Hace cuánto no te duchas?-Tapó sus fosas nasales-¿No que estas obsesionado con la limpieza?-Movió su mano izquierda frente a ella, tratando de apartar la peste.

El joven bajo la cabeza y el rojizo cabello cubrió su rota cara.

Cerró los puños girándose.
-¿Me estas ignorando?-Extrañada le vio continuar su camino sin levantar la cabeza-¡Oye!-Enfadada por el abstracto comportamiento entro al horrible cuarto tiñendo la planta de sus zapatos en sangre-¡Boris!-Tomo su antebrazo girándolo cara a ella, no logrando reconocer a que o a quien captaron sus oscuros orbes-¿Eh?-
La verdusca y apagada iris fue cubierta por los párpados muchas veces, para después dilatar la retraída pupila.
-¿E-Eto?-Su penetrante mirada la conmovió, más aún cuando está se rompió en miles de pedazos-¿Estás aquí?-Su nariz aspiro los retenidos mocos.
-S-suéltame-Torpemente trato de separarse del desnudo torso-¡Apestas Boris! Voy a vomitar-
-Me están diciendo que no estás aquí-Su respiración se agitó con rapidez-Ellos están por todos lados-El dolor se derramo sobre el desnudo hombro-Me están gritando, l-los veo-Ambos labios titubearon, comenzado a creer en la lógica.
Pues ¿Quién querría verlo a él?-No estas aqui, p-por favor se real, por favor-Se aferró más al femenino cuerpo, comenzado a desgarrarla por dentro-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor-Su garganta y ojos se enrojecieron.
-Ey-Correspondió al abrazo aturdida-Estoy aqui-Reposo su frente en el demacrado cuello-Soy real, no importa que te digan o hagan-Susurro en su oído, tratando de captar toda su atención-No harán que deje de abrazarte-Beso su mejilla con cariño, teniendo un lindo recuerdo de cuando los roles eran invertidos.

Mi Querido Perdido (Una historia de Takatsuki Sen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora