Su respiración era entrecortada, sentía el calor que emanaba el cuerpo de Ethan, estaba tan cerca, sentía su respiración en su cara, todo su cuerpo tenso casi rozando el suyo, se sentía quemar.
Sus ojos estaban puestos en los suyos y podía ver como parecían devorarla, eso la hizo calentarse aún más.
Ethan levantó su mano y acomodó un mechón de pelo detrás de su oreja, tuvo que contener un gemido cerrando su boca, algo que Ethan noto, recorrió todo el borde de su cara hasta llegar a sus labios los cuales delineo, se le hacía difícil contener sus gemidos, los dedos de Ethan en su piel le hacían flaquear las piernas, podía sentir desvanecerse por su simple toque. Entreabrió sus labios para darle paso al dedo gordo de Ethan. Lo hundió hasta tocar su garganta.
-¿Qué haces por aquí husmeando ratoncito?- su voz era gruesa y rasposa, lo que generó escalofríos en Valentina y no pudo contener un entrecortado gemido, para ese momento sus ojos ya se habían cerrado.
- Abre los ojitos amor no te voy a hacer nada- Le hizo caso, sus hermosos ojos azules estaban bañados por una capa de lujuria y excitación.
-Chupa- Y chupo su dedo como si su vida dependiera de eso, mirándolo fijamente a sus ojos.-Eres toda una ratita necesitada, no es así?- ella asintió desesperadamente.
-Ya es hora de la cena- sacó el dedo de su boca y salió de la habitación.
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Estaba en una guerra en su cabeza, sentada en la bañera teniendo una ducha fría, para acomodar ideas.
Era su jefe, pero era tan sexi, tuvo que meterse más que solo sus dedos para poder calmar la excitación que sentía su cuerpo, no puede creer que eso pasó de verdad, lo acababa de conocer.
Tendría que haber estado hace poco más de una hora para cenar, pero de verdad no le interesa, no pensaba ir, no podía ni mirarle a los ojos después de haber soltado gemidos descarados por escuchar su voz tan malditamente excitante, quería que se la trague la tierra.
Después de su larga ducha, al salir del baño encontró una bandeja con la cena, sus mejillas tomaron un color rosado, se veía adorable. Realmente agradeció el plato de comida, estaba muerta de hambre, no había comido nada a excepción de las cerezas que le había ofrecido más temprano.
Al terminar de comer decidió irse a la cama, estaba exhausta.
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3:00 am
Valentina se despertó asustada por un fuerte estruendo, y a continuación se escucharon muchos más, eran sonidos de disparos.
Con su respiración agitada decido trabar la puerta con sus mesas de luz y fue corriendo a esconderse al enorme armario que tenía en su habitación, que estaba repleto de sillones, muebles y placares para esconderse dentro, esquivo todo con sumo cuidado y se escondió en uno de ellos, a esperar hasta que eso acabe, intentaba calmar su respiración mientras que afuera se escuchaba como destrozaban la casa, en ese momento solo quería volver a Argentina a la vida que tenía antes caminando por las calles perdida escuchando Harry Styles.
Un golpe brusco se escuchó en su habitación, habían derribado su puerta, empezó a derramar lágrimas silenciosas. Escuchaba como revolvían toda la habitación, dieron vuelta la cama revisaron el baño, no sabía si había muchas personas, pero sabía que la iban a encontrar y tenía que defenderse, agarró un zapato de taco y lo arrancó.
Se preparó por unos segundo mentalmente por lo que podría llegar a pasar, no estaba lista para morir, la simple idea le daba escalofríos y la hacía llorar aún más, se intentó calmar tarareando una canción para alejar a su cerebro de esa situación.
Abrieron la puerta, se calló, no podía ver, pero escuchaba como revolvían la ropa, hasta que abrieron las puertas de su placar.
Salto a clavarle el taco, pero antes de que pudiera impactar, el chico la agarró y revoleo a la piso, no cayó directamente, antes de caer se pegó con la punta de uno de los muebles que se encontraban en la habitación, quedo muy adolorida tirada en el piso, vio como el chico se acercaba a ella, instintivamente retrocedió e intento escapar, se asustó muchísimo cuando pudo ver el arma que el chico llevaba en los pantalones, estaba totalmente asustada, en un intento de salir corriendo el chico hablo.
-Señorita valentina la vine a buscar, se encuentra bien?- en esos momentos estaba muy confundida y no podía pensar mucho por el dolor y pánico que sentía, pero no era para nada ingenua, estaba preparada para volver a correr otra vez, pero antes de salir del armario se escucharon disparos afuera y la puerta se abrió de golpe, rozando su cuerpo, era Ethan.
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Perdida
RomanceComo estar perdida por las calles de Buenos Aires o no tan literal y estar perdida en tu mundo que sin darte cuenta terminas en un jet privado camino a Londres con un millonario dominante babeando en tu hombro. Wow los cambios repentinos de la vida.