El telón esta por cerrarse.
Sólo queda un acto de esta tragedia y los actores salieron del escenario.
Sólo queda de pié el protagonista, temblando e intentando recordar su monólogo. Se lo olvidó, pero sabe improvisar, aunque, haga lo que haga, la obra debe terminar de la misma manera.
Las luces son tenues y el escenario se llena de neblina.
Nuestro protagonista esta postrado frente al púbico, de rodillas. El director le hace señas, pero, a él no le importa. Dirá lo que él quiera decir.
Su pantalón de gala color negro y su camisa blanca se ven manchados por el polvo del suelo de madera.
Sus zapatos negros, ya están sucios. Los ojos de nuestro actor principal perdieron su color mientras el cenital lo alumbra con una luz blanca.
Sus amigos y familiares no están en el estreno, están ocupados viviendo y trabajando.
Tal vez no saben que este será la primera vez que el joven tomará un protagónico.
A Él le da igual... Su piel fría comenzaba a verse pálida y sus lágrimas caían de sus ojos cómo fuertes cataratas.
El público está emocionado, sus ojos se ven entre las penumbras de las gradas. Su llanto se siente real, su dolor... Su sufrimiento. Es un espectáculo increíble, sus compañeros lo ven, es impresionante y a pesar de no seguir el guión, todos están emocionados.
Él tiembla, ya ni por el frío, ni por el miedo. Se siente débil.
No sabe porqué."El show debe continuar" se repetía en su cabeza constantemente.
Sus labios se despegaron el uno del otro, estaban secos, tanto que se veía su piel partida.
El nudo en su garganta no le permitía decir una palabra más... apretó su garganta con las manos y luego golpeó el suelo.
El estruendo fue tal, que el eco sonó en todo el teatro y el polvo se alzó a su alrededor.
Repentinamente se puso de pié, asombrado a todos y gritó con toda su fuerza.
"Estoy solo en este lugar lleno de almas en pena, ¿Para donde debo dirigir mi mirada?, vea donde vea hay cuerpos sin vida. Me vuelvo loco. Mi cabeza da vueltas, mis manos huelen a humo y no paro de sudar del miedo. Tengo frío y calor, solo sus cuencas vacías me hacen ver la realidad.
¿Estoy muriendo?, ¿Así se siente?, ¿Así debería de ser...?
¡Respondanme!, ¡merezco una respuesta!, ¿¡Que hice para merecer esto!?
Yo... Estoy asustado...Tengo miedo."El público mira atentamente lo que sucede, parece tan real. Algunos tiemblan, a otros se les va el aire y otros lloran por él.
Ahora, de rodillas nuestro protagonista apoya sus codos en suelo y empieza a golpearlo, levantando tanto polvo que se hace imposible verlo.Todos están con la mirada fija en el escenario, ni siquiera sus compañeros de elenco sabían que hacía, pero estaban asombrados.
Cuando el polvo bajaba se podía ver la silueta de un hombre de rodillas, con la cabeza baja y las manos tocando el suelo. Su rostro no podía verse por la oscuridad. El telón se cerró. La gente aplaudía emocionada. Es más, los aplausos sonaban tan fuerte que tapaban los desesperados pasos del elenco.
Tan, pero tan fuertes, que incluso tapaban el sonido de la sirena de la ambulancia y los paramédicos que miraban asombrados la sonrisa y las lágrimas en el rostro de nuestro difunto protagonista.Aquella obra, al igual que el personaje y al igual que el actor... murieron esa fría y lluviosa noche.
Se veía y se sentía tan real que el público nunca lo notó.
Lo único que quedó en ese escenario luego de que todos se fueron, eran las marcas de las lágrimas de aquel hombre desesperado, las cuales fueron tapadas por el telón que ocultó su propio final.