***Narra Paula***
Salí a la puerta de la residencia, allí me esperaba Ángel. Eran las 10:30.
Él iba guapísimo, para qué negarlo. Llevaba una camisa verde clara que hacía que resaltaran sus ojos, llevaba una chaqueta negra encima.
Yo llevaba unos pantalones negros y una camisa metida por dentro de ellos. Sabía que iba a tener frio, se me había olvidado la chaqueta.
-Estás preciosa-sonrió Ángel.
-Qué pena que no pueda decir lo mismo de ti-bromeé, sabía perfectamente que no era verdad.
-Qué graciosa, estás muriendo de amor ahora mismo, como tú dices-dijo él con su preciosa sonrisa.
Algo revoloteó en mi interior, amé esa sonrisa desde la primera vez que la vi.
Me tendió la mano y la tomé sonriendo.
-¿A dónde vamos?-pregunté.
-Es una sorpresa, te va a encantar.
Caminamos durante un buen rato, hasta llegar a un restaurante al aire libre con unas luces muy bonitas.
Era una noche preciosa. Las estrellas brillaban en el firmamento como luceros.
-¿Te gusta?-me preguntó.
-Me encanta-sonreí.
Él sonrió también y nuestras miradas se conectaron. Algo se conectó en mi interior, después de tanto tiempo. Llevaba sin sentir algo así desde que Dani y yo lo dejamos.
Empezamos a comer y estuvo todo muy bien, estuvimos toda la comida hablando. La verdad es que me lo pasé genial.
Ya habíamos terminado, Ángel pagó la cuenta y nos fuimos de allí.
-¿Quieres que demos un paseo?-me preguntó.
-Mañana vuelvo a España...no creo que deba quedarme mucho tiempo más.
-Venga, sólo un rato, por favor.
-Vale-acepté.
Llegamos al puente donde se veía el Támesis, era precioso.
Empecé a tener frío y temblé un poco.
-Anda toma-dijo, se quitó su chaqueta y me la puso sobre los hombros.
-Gracias-sonreí.
-No hay de qué-contestó encogiéndose de hombros.
Sonó el reloj dando las 12.
-Felicidades 16 enana-dijo abrazándome. Le devolví el abrazo.
-¿Cómo lo sabes?-pregunté sorprendida a la vez que conmovida.
-Me lo dijiste cuando nos conocimos, y ya sabes, tengo buena memoria.
-Jo, te quiero Angelito.
-Anda toma-dijo tendiéndome una pequeña cajita dorada.
-No tenías que haber comprado nada-dije yo.
-Tú ábrelo-contestó.
Lo abrí y dentro de la cajita había una cadenita con un corazón, en el corazón había una fecha inscrita. La fecha en la que nos conocimos.
Lo miré extrañada y a la vez muy nerviosa. Nos miramos fijamente, nuestros rostros estaban a escasos centímetros.
Y me besó, y le seguí el beso, fue uno de esos besos apasionados pero suaves a la vez, las mariposas revivieron en mi estómago. Hacía tanto tiempo que nadie me hacía sentir así que casi se me había olvidado...
***Narra María***
Me desperté media hora antes de que el despertador sonase, estaba impaciente por ver a Paula, fui hacia la ducha con mi ropa interior y una toalla, estuve 20 minutos bajo la lluvia artificial, no podía esperar, sabía que Paula no llegaba hasta las 4 pero tenía demasiadas ganas de verla, me puse la ropa interior, y me peine, estaba tiritando,
-Joder la ropa- bufé y me regañé mentalmente.
Me dirigía a mi cuarto, Dani y Jesús estarían por llegar y tampoco quería hacerlos esperar, abrí mi gran armario y me puse a rebuscar en él, cuando estaba cogiendo unos pantalones unas manos rodearon mi cintura, ahogué un grito al saber que era Jesús, su llamativo y exquisito olor inundaba mis fosas nasales.
-Joder Jesús me has asustado, casi se me sale el corazón-seguí buscando en el armario.
-Te ves muy sexy así- susurro en mí oído, me acordé de que estaba en ropa interior, mis mejillas se tornaron de un color rosado intenso-y más todavía si te sonrojas-no me quise dar la vuelta para no morir de vergüenza.
-Jesús vamos tarde-dije poniendome el pantalón-Dani y mi madre están abajo- escondió su cabeza y mi cuello y suspiró. Me hacía muchas cosquillas, me agradaba que hiciese eso, también sentía vergüenza, yo nunca había llegado a estar en ropa interior delante de Jesús, y aunque muchas veces podría haber pasado parábamos, eramos demasiado jóvenes.
-Esta bien vamos-bufó, se dió la vuelta y lo cogí del brazo, lo acerqué a mí.
-Cuando esté lista te lo haré saber, te quiero bebé-besé sus labios, seguía sintiendo lo mismo o más cada día era mágico, suena demasiado cursi, pero es así.
-Yo también te quiero enana-besó mi frente-no hay que tener prisa, puedo esperar.
-Pues tu amiguito no dice lo mismo-los dos bajamos la vista y se empezó a sonrojar, comencé a reír.
-Ya ves lo que provocas en mí.
***
***Narra Jesús***
-Vamos chicos Paula llega en una hora y no nos va a dar tiempo- ibamos andando hacia la puerta del instituto, María iba tirando de mi brazo para ir más rápido, Dani y Leila iban detrás nuestra riéndose de como se estaba comportando María.
-¿Y sino le caigo bien?-dijo Leila tímida.
-Tranquila seguro que sí, ella y tú sois muy parecidas en cuanto a gustos-dijo mi novia poniéndose a su lado, que bien suena mi novia-Vamos tortugas que llegaremos tarde, necesito verla ya.
***
Paula está a punto de llegar, estaban sus padres, los de María y los míos, esta no paraba de chocar su pie repetidamente con el suelo.
-Me pones nervioso, por favor relájate quedan 5 minutos-dije besando su sien derecha.
-Cuñadita te vas a quedar sin uñas, ya queda poco- dijo Dani apretando su muslo, ella le lanzó una mirada de agradecimiento.
Las puertas por donde tenía que venir Paula se abrieron y empezó a salir gente, mi novia se levantó como acto reflejo, delante nuestra había mucha gente y no podía ver nada, se puso de puntillas, bufó.
***Narra Paula***
Bajé del avión, iba tirando de mi pequeña maleta ya que pensaba comprarme mucha ropa aquí.
¿Se habrán olvidado de mí?
¿Y si no vienen?
¿Y si no se acuerdan de mi cumpleaños?
¿Y si María tiene otra mejor amiga?, sé que estas últimas semanas no hemos hablado mucho pero es que necesitaba estudiar para sacar buenas calificaciones.
Pasé por la puerta que daba al aeropuerto, había muchísima gente, sabía que se olvidaría de mí, hasta que ví a mi mejor amiga saltndo entre la gente para poder verme hasta que sus ojos conectaron con los míos.
Holiss, esperamos que os haya gustadoo
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Cada corazón tiene su propia melodía, y tú conoces la mía. (Gemeliers)
RomanceEllas no creían en el amor, hasta que llegaron ellos...