Las raíces de la vida están escondidas debajo de la tierra fértil, si crecen y encuentran una roca, la rodearán, la harán suya y continuarán su camino. Cuando el árbol crece o se tuerce, no se menosprecia por su aspecto, sigue lo que en sus raíces le dicen que debe ser y en vez de luchar contra aquello que no vemos es mejor dejarse llevar. La vida es sabia, jamás te llevaría por donde no debes ir, siempre irás en la dirección correcta y en el tiempo correcto.
El amor, fuente de toda vida, ha inundado la tierra un poco árida de Shen Yuan y su espíritu ha echado raíces pensando en las mil y una posibilidades que se le han abierto delante del humano a su lado.
La grulla lo admira mientras Luo Binghe coloca una pesada caja en el umbral de una casa, no, más bien, del que será el cálido hogar de ambos.
—Ven y descansa un poco.
Lo llama dulcemente y el joven casi brincotea como ovejita blanca a su alrededor. Extiende un paño blanco y le limpia el sudor de la frente.
—¿Qué ha hecho shizun el día de hoy?
Pregunta tontamente mientras la grulla dispone la merienda. La noche ya está cerca, pero estan tranquilos porque su nuevo hogar ya está perfectamente equipado para su nueva vida. Solo faltan algunos pequeños detalles que en un dos por tres estarán listos.
Hay vino, fideos con verduras, arroz y pasteles de osmantus en pequeños pedazos. Todo se lo terminan y en silencio solo comparten la tranquilidad marital.
Shen Yuan sabe que algo ha comenzado y que su nuevo lugar está junto a este muchacho. A partir de su matrimonio, Shen Yuan reafirmó que no le quitaría sus dones al joven y que, en vez de eso, le continuaría enseñando en el arte de la cultivación. Ambos fueron y vinieron hacía todas direcciones, ayudando a los necesitados, solventando un poco la hambruna de las guerrillas.
Aunque parecía que siempre habría caos y silencio, ellos continuaron con una misión pacífica, así fueron sus siguientes días. La cumbre donde Luo Binghe había construido su hogar contaba con aquellos recursos que supuso serían necesarios. La casa misma estaba rodeada de largos bambúes que prodigaban sombra y hermosos sonidos. Solo había que bajar un poco y encontrabas un estrecho río, en algunas partes lo suficientemente profundo para nadar y donde Shen Yuan solía ir a meditar.
El sol llegaba sobre sus cabezas por la mañana y la luna velaba los sueños de ambos, bueno, más bien del humano. Shen Yuan hizo la promesa de no volver a dormir para no perderse de nuevo nada.
—¿Estarás bien? ¿Eso no te afectará?
—Para nada, ha habido veces que he estado más de 10 años sin dormir.
La sorpresa del humano era mucha y admiraba más a su esposo. Durante el día practicaban y si alguien los solicitaba solo había necesidad de enviar una carta con un sello especial que la grulla les había dado de esta manera, la carta, sin mojarse llegaría hasta ellos mediante el río.
Durante la noche, cuando todo estaba en silencio se entregaban al deseo de concentrar sus siluetas en una sola. Luo Binghe siempre se encontraba hambriento y Shen Yuan siempre se encontraba dando a torcer su brazo. No es como que realmente lo lamentara, pero estaba convencido de que mantener satisfecho al humano tampoco era algo fácil de decir.
Cuando las ansias de Luo Binghe llegaban a su clímax, Shen Yuan lo cubría con las mantas, acomodaba su cabello y lo observaba dormir. Por primera vez, Shen Yuan deseó que nada cambiase, que todo se detuviera en ese instante y que se quedara así para siempre.
Sin embargo, la vida, como dije, sigue creciendo bajo tierra, aunque no la veamos.
Una mañana, como siempre antes de que saliera por completo el sol, los esposos se dispusieron a cultivar de un modo en el que solo podían hacerlo ellos dos.
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La grulla y el primogénito
FanficUniverso alterno donde Shen Qingqiu es un ser místico y Luo Binghe es humano. - Me darás a tu primogénito como pago. -¡Está bien! - Respondió el humano, que después de unos momentos con un poco de trémulo preguntó: - ¿Y cuándo empezamos? - Dijo con...