DOLL| La muñeca de Five Hargreeves

☂︎︎𝙲𝚊𝚙 𝚝𝚑𝚒𝚛𝚝𝚎𝚎𝚗☂︎︎

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—Valla Cinco no sabías que eras un chismoso. —Dice Luther burlón adentrándose a mi habitación.

—N-no se de que hablas. —Respondo mirándolo a los ojos.

—¿Ahora lo negarás? No debes porque meterte en asuntos que no son tuyos. Te vi escondido en la puerta de Diego.

—Lo se. —Digo bajando la cabeza—.

—Mira seré directo, yo no vengo a convivir ni mucho menos a formar una amistad con alguien tan perdedor como tú, pero necesito tu ayuda.

Yo solo fruncí el ceño y lo mire nuevamente.

—¿Mi ayuda? —Cuestiono sin creer.

—Papá piensa mandarme a la luna y obviamente no quiero eso. Por eso necesito que escuches atentamente lo que te diré.

Yo asiento mientras lo escucho concentradamente.

(...)

𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎 （𝐴𝑛𝑒𝑙𝑙𝑒／𝐷𝑜𝑙）

—Veo que te gusta preparar postres cielo . — Comenta Grace y yo asiento con una sonrisa mientras coloco la mezcla dentro del horno.

—Si, es como un pasatiempo, porque de ser buena... no tanto. —Rio y ella hace lo mismo.

—Tranquila, con la práctica te convertirás en una experta. —Dice tomándome del hombro.
Como Shelly.

¿Podrían dejar de mencionarla porfavor? Es incómodo sentirte comparada con alguien.

—Ahhh si, eso espero. —Digo sonriente  dejándola con la palabra en la boca, ya se que me dirá "Pero tu como sabías quien es Shelly" .

Corrí hasta los pasillos y pare regulando mi respiración.

—¿Ocho? —Me interrumpe una voz femenina.

Volteo mi mirada y es Allison.

—Hola Allison, ¿Pasa algo? —Pregunto.

—Si, papá me ordenó a llamarte, quiere que te dirijas a su oficina ahora mismo. —Dice haciendo una mueca.

No respondo y voy a paso rápido donde papá. No quiero quedar mal ni asumir consecuencias.

—¿Padre me buscaba? —Expreso ingresando a su elegante oficina.

—Toma asiento ocho. —Pide y yo obedezco.

—Me entere que tú previo a venir eras una muñeca que fue encontrada por Five. —Comenta haciendo que mi corazón acelere de los nervios.

—¿Quien le dijo eso? —Reclamo.

—No debo porque decirte eso Ocho. Confírmame lo que te dije. —Pidió.

—Pues es cierto, antes yo era una muñeca. ¿Por qué pregunta eso padre?

—Necesito la muñeca original para hacerle unos estudios. —Dice organizando unos papeles—. Es necesario para algunos asuntos.

—¡Claro que no! —Exclamo—. La muñeca no puede ser usada, es peligroso.

La verdad no se porque estoy diciendo esto, algo en mi presciente que la muñeca puede traerme problemas en el futuro.

—Es una orden.

(...)

—Bien aquí tienes la muñeca —Aviso tirándola en su escritorio—. , Pero quiero que sepa de que el hechizo en ella ha desaparecido. —Anuncio para salir de ahí.

(𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚛 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎)

(...)

—¿Entendiste? —Cuestiona Luther con su libreta en la mano.

—No quiero preocuparlos. —Dice el ojiverde alzándose de brazos.

—Vamos Cinco, ¿A quien le preocuparías? Solamente a papá porque tienes superpoderes pero hablando de nuestros hermanos a nadie, créeme.

—¿Anelle? —Suelta Cinco mirándolo.

—Pues no lo sé, pero te seguro que te lo recompensaré, tu sabes que yo siempre cumplo mi palabra desde que somos pequeños.

Cinco no muy convencido acepta y Luther lo mira.

—Toma esto. —Dice el rubio sacando algo de su bolsillo,—. Como adelanto de agradecimiento te daré esta muñeca, veo que te gustan mucho. —Dice y el ojiverde frunce el ceño.

—Gracias, pero no me gusta cualquier muñeca.
—Dice devolviéndosela con una sonrisa haciendo que el rubio lo mire confundido para después irse.

Uno de los defectos de Five Hargreeves, es que perdona muy rápido y nunca le tiene rencor a las personas que se merecen odio. Por ende es muy fácil manipularlo aunque quizás Luther si está siendo sincero y quien sabe, podrían terminar como buenos hermanos, felices como en los viejos tiempos, nada se sabe.

[𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎 𝐴𝑛𝑒𝑙𝑙𝑒／𝐷𝑜𝑙𝑙]

Al salir de la oficina de papá, me dirigí a mi habitación pero en el camino escucho las voces de Cinco y Luther, decidí respetar su privacidad aunque sinceramente me sorprende verlos hablar.

Al llegar a mi habitación tomé un lienzo y me dejé llevar por el suave pincel, decidí dibujar las afueras de la academia en un diseño más original: Con colores más vivos y resultantes.

Al finalizar organicé mi escritorio para después colgar la pintura en un rincón de mi habitación.

Minutos después, mamá me pide bajar a la cocina para sacar el pastel del horno.

—¡Esto huele delicioso! —Exclamo olfateando el rico aroma a banana.

—Somos un gran dúo. —Dice ella para posteriormente agitar su campana indicando a los demás a que bajen para la cena.

—¿Es lo que pienso que es? —Interroga Klaus con una sonrisa alegre—.

—Pastel de banana. —Digo y el da un saltito de felicidad—. ¡AMOO EL PASTEL DE BANANA!

Yo sonrio feliz ante su comentario, su alegria es muy contagiosa.

Los demás no tardaron en llegar por el apetitoso y exquisito olor y también se veían felices a pesar de no demostrarlo.

(...)

—Muy bien mis niños, no olviden lavar su dientes y a la cama. —Dice Grace recogiendo los platos de la mesa.

Todos asentimos con la cabeza y obedecemos.

Sin embargo, las altas ganas que tengo de ver a Cinco no me dejan tranquila.

—Debo verlo. —Digo para mi persona y me levanto de mi cama para dirigirme a su habitación.

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