Capítulo 3

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Un encuentro inesperado

Narra Haruka

No puedo creer que tengo enfrente a Kokushibou. Es como ver a los dioses bajar del Olimpo, Tokito tenía razón en que la presencia de esté demonio era muy majestuosa. Aunque no lo demostraba tenía mucho miedo de que me matará. Me extrañé cuando me dejó en el suelo y simplemente se fue de mi casa. Tal vez mi apariencia le recordó a la suya cuando era un humano. Nunca lo sabremos y espero nunca saberlo. Terminé de comer mis onigiris y entre a mi hogar para volver a descansar.

Al día siguiente

Estaba en el pueblo junto a mi madre buscando cuál sería el regalo perfecto para Aiko. Al final me decidí por unos dangos, también un pasador para su cabello y algunas rosas. Aún no sabía si esto era suficiente como para que Aiko no se decepcionará pero sabía que le gustaría.

Kie: Ahora tenemos que empacar el regalo *tomaría el pasador y las flores y los metió en una bolsa* Hijo ¿Cómo sabes que a Aiko-chan le gustan los dangos?

Haruka: Cuando la conocí yo estaba comiendo dangos. Le ofrecí algunos y ella acepto diciendo que era su dulce favorito *empacando los dangos en una caja con moño* Además ella ayer me preparo unos onigiris, así que esto es de agradecimiento

Kie: ¿En serio te comiste todos esos onigiris sin compartirle alguno a tus hermanos? *pregunto con el ceño fruncido*

Eso sí que fue un verdadero golpe a mi conciencia. Normalmente siempre comparto las cosas, pero a veces se me olvida y no termino haciéndole honor a mi apellido Kamado. También esto me ha metido en problemas ya que terminó dándole comida a extraños como lo intente hacer con la primera luna superior. Mire a mi mamá con una sonrisa nerviosa, ella entendió que se me había olvidado.

Kie: No es que te regañe por no ser compartido, pero si sigues así podrías engordar

Haruka: (Me trajo recuerdos de mi vida pasada) *con una gota de sudor en su cabeza*

Sin darme cuenta Aiko me abrazo por la espalda. Podríamos decir que ya era una costumbre ese tipo de afecto entre nosotros. Para mí un abrazo no significa muchas cosas, pero tal vez para los japoneses si.

Aiko: Muy buenos días Haruka-kun y Kie-san *saludo con mucho cariño la pelinegra, haruka intento quitársela
pero no pudo* H-Haruka-kun, puedes acompañarme a un sitio

Haruka: No... *miro como su madre hizo mala cara* Digo... Si

Aiko: Bien. Sígueme *tomaría la mano de haruka* Kie-san. Me llevaré a su hijo por un rato

Kie: Adelante. Haruka necesita salir más de casa *daría una sonrisa al ver qué su hijo se avergonzó, era raro ver así a haruka* Yo estaré platicando con tu mamá, así que pueden tardarse todo lo que quieran

Claro. Nunca le ganaré a una mujer en esta vida ni en mil. Su inteligencia es superior a la mía. Todo esto lo planeó mi madre y la madre de Aiko para que fortalezcamos nuestra relación como ¿amigos? Dentro del pueblo ella es la única niña que me habla, así que es como mi amiga.

Los dos llegamos a unos árboles de Sakura. Al parecer Aiko ya tenia esto preparado desde hace mucho debido a que me trajo a un lugar donde se podía ver el atardecer. Era algo muy romántico.

Haruka: Se supone que hoy es tu fiesta de cumpleaños ¿No deberías de estar con tu mamá?

Aiko: Si. Pero quería pasar un tiempo a solas contigo *diría con una sonrisa, haruka le miro extraño por un segundo* ¿Que pasa?

Un nuevo comienzo - (Parte 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora