LUNA Y SOMBRAS | ❝ Hay cosas ocultas en las sombras de tu reino, joven rey, que ni siquiera podrías comenzar a adivinar. ❞
Toska es un lugar lleno de sombras, una tierra maldita. Donde vikingos invaden las fronteras y la brujería es una sentenci...
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𝓛𝐔𝐍𝐀 𝐘 𝓢𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀𝐒
┗ CAPÍTULO CUATRO:
La carta sellada ┑
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El salón era un caos y los estridentes gritos de vikingos molestos no hicieron más que aumentar su dolor de cabeza.
Habían estado así por horas e incluso días, discutiendo los procedimientos que se harían a continuación sin llegar a un acuerdo fijo y cuando parecía que la cosa iba a acabarse entonces un nuevo problema surgía y empezaban otra vez, como se había dado recientemente el caso. La desaparición de Lunaris había generado una discordia inmensurable que había logrado postergar todos los procedimientos que habían armado hasta el momento. Cada tanto, Ravnis se masajeaba las sienes, pero ni siquiera eso pareció aplacar el dolor momentáneo. La voz de Viggo le sonó distante, pero hizo un esfuerzo para estar presente.
—¡Era tu responsabilidad el controlarla, hija de Aren! Y ha escapado de entre tus propias narices. ¿Llamas a eso mantenerla vigilada?
—La tenía controlada —refutó con demasiada brusquedad—. En la cueva. Allí no tenía escapatoria, era imposible que saliera. Como dije antes, alguien debió haberla ayudado.
—Nadie vio nada —contradijo el Jarl Einar, uno de los líderes que comandaba una pequeña flota marina y que gracias a su destreza en el mar había ganado innumerables batallas—. Por lo que sabemos, la chica podría haber escapado sola. ¡Por Óðinn! Ni siquiera sabemos lo que es realmente capaz de hacer.
Viggo, el otro líder, intentó calmarlo con un ademán de mano, Ravnis prosiguió.
—Como dije antes... Encontramos a dos guerreros de los nuestros asesinados por una espada o una daga, aún no lo sabemos bien. Pero a ellos, y solo a ellos, se les había asignado resguardar la entrada.
