Javi

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Habían pasado unos días desde la llegada de Bea, estaba a punto de acabarse el mes de julio. Era una tarde que todos estábamos en Cala Chica, Pancho, Piraña, Tito y yo estábamos en el agua, mientras los niños jugaban a nuestro alrededor, Julia, Desi, Bea, mi mujer, y la de Tito estaban sentadas en la playa, de repente a todos nos llegó un whatsapp a la vez, fue Pancho quien dijo:

-Es Quique, dice que acaba de llegar a Nerja. Que deja las maletas en la casa que ha alquilado y viene hacia aquí.

Mi mujer y yo nos miramos, desde que pasó lo que pasó con Quique, no habíamos vuelto a hablar ni de él ni de lo que ocurrió. Nosotros volvimos a nuestra vida, pero a partir de ese momento para mi dejó de existir, hasta hoy.

-¡Mel! – le grité a mi mujer – prepara a los niños, nos vamos.

Julia se levantó de la silla y cogió a Mel del brazo, me miró seria y dijo:

-No, de aquí no se mueve nadie. Javi han pasado 20 años desde la ultima vez que la pandilla estuvo reunida, hoy por fin voy a conseguir teneros a todos juntos de nuevo, por favor no os vayáis. Hazlo por mi. – Yo la miré, no podía negarme a nada de lo que me pedía aquella mujer – Mira Javi, no sé que es lo que pasó pero creo que hoy puede ser un buen día para hablarlo y solucionarlo. Han pasado muchos años, en los que no os habéis visto, pero Javi, Quique era tu amigo, recuerda el verano que pasamos aquí, vuestra relación de amistad era preciosa, recuerda todos los momentos que pasasteis juntos, es una pena que no podáis solucionarlo, por los buenos tiempos.

Yo me puse en tensión al escucharla, creo que al que mas le dolió lo que ocurrió fue a mi, no quería contarles lo que sucedió, pero al escuchar a Julia y pensar que en poco tiempo él iba a estar aquí me puso muy nervioso. Los de la pandilla se acercaron a nosotros, intuyo que Bea sabe lo que sucedió, y los demás de la pandilla pueden imaginárselo.

-No puedo Julia, de verdad que no puedo perdonarle lo que hizo.

-¿Tan grave fue? – me pregunto ella.

-No quiero hablar de ello. Me dolió mucho lo que pasó y no quiero recordarlo.

-Pues entonces se acabó, no se habla mas del tema, pero Javi cálmate y piensa en los buenos momentos que pasasteis juntos y si vale tanto la pena perderlo como amigo por lo que os sucedió.

Julia tenia razón, estuve recordando los buenos momentos que pasamos juntos, Quique era mi mejor amigo, al ser hijo único y no tener hermanos vi en Quique a un hermano para mi. Fue testigo en mi boda y padrino de mi primer hijo. Pero lo que sucedió después me dolió tanto que no se si seré capaz de perdonarle algún día.

Cuando Quique apareció en Cala Chica, yo estaba hablando con Pancho, Tito y Piraña junto a las rocas, Mel estaba con las chicas tomando el sol y charlando .

Quique se acerco a ellas primero, yo no dejaba de mirarlo y los chicos tampoco nos quitaban ojo ni a él ni a mi, noté que todos estaban alerta por lo que pudiera ocurrir.

Quique abrazó a las chicas y estuvo un momento hablando con ellas. Luego vino hacia nosotros, le dio un abrazo a Pancho, a Piraña y después a Tito, pero cuando fue a dármelo a mi no pude ser falso con él y apartándolo de mi con la mano le dije:

-A mi ni me toques, te lo advierto, estoy ahora mismo aquí porque Julia me lo ha pedido y por ellos porque si por mi fuera ya me hubiese largado para no verte la cara.

-Esta bien, - me dijo levantado las manos en señal de rendición – como tu quieras Javi, lo respeto y te entiendo.

-¡AH! Ahora si me respetas, pues nada Quique, gracias por respetarme tanto, pero tu respeto hacia mi llega un poco tarde, ¿no crees? Deberías de haberme respetado antes, cuando - iba a soltarlo, iba a decir lo que me hizo en su día.

-¡Calla! – me gritó Quique cortándome lo que iba a contar – aquí no y menos delante de ellas.

Entonces me gire y vi que las chicas junto con Mel se acercaban a nosotros preocupadas. Me calle, no quise continuar con aquello en ese momento.

-Mira Quique, le he prometido a Julia que hablaría contigo e intentaría solucionar esta situación – dije ante todos – pero no se si voy a ser capaz.

-Javi, - me interrumpió Julia . ¿Qué es lo que no te deja solucionarlo? Te conozco y se que tu no eres Así, tu no eres tan rencorosos, tienes tu orgullo si, pero no te reconozco.

-Julia, déjalo – le dije – no tengo ganas de hablar. Tengamos la fiesta en paz. ¿Vale?

- Como tu quieras Javi, pero creo que cuanto antes habléis y solucionéis este tema mejor para vosotros y para todos.

Todos estuvieron conversando pero ni Quique ni yo dijimos mucho y ni siquiera nos mirábamos.

Mel se acerco a mi por detrás, me abrazo por la cintura y me dio un beso en la espalda.

-Te quiero – me susurro en el oído – siempre te querré.

Le cogí sus manos con las mías, gire la cabeza para mirarla y le contesté:

-Yo también te quiero.

Verano azul, ahora y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora