Cap. 30 El duelo

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Macarena

Nadie puede entender este dolor que siento, es fácil decir que te vas a recuperar, pero la verdad es que nadie se puede recuperar de un dolor tan grande, ella era tan chiquita, tan bebecita, mi niña, tan frágil, mi corazón se rompió, mi bebé, no quiero nada, no quiero comer, no quiero dormir, no quiero hacer nada, ¿Cómo te recuperas de una perdida así? Elizabeth eres y serás mi mayor tesoro mi preciosa, estabas creciendo dentro de mí. ¿Cómo alguien pudo arrebatarnos tu vida? Bebé quería ver tu carita, quería verte, tenía tanta ilusión de verte. Barbie necesita darme tiempo. Se la pasa dándome medicamentos, comida, no entiende que no quiero nada, No entiende y no me da mi espacio.

Estamos durmiendo en habitaciones separadas, tengo días levantándome y me voy a otra habitación de la casa, no quiero estar cerca de la habitación de Elizabeth. En este momento estamos en casa, mi mamá, Betty, Barbie, estamos en el comedor.

Bárbara: Maca, amor ya debes darte una ducha, vamos yo te ayudo.

Macarena: ¿Puedes ayudarme mamá?

Mire a mi mamá, Barbie se molestó y miró a mi mamá.

Soledad: Si, hija yo te ayudo

Bárbara: Yo te preparo la ducha mientras ustedes terminan de comer.

Barbie se levantó de la mesa en silencio, creo que se molesta por todo, no quiero incomodarla, solo quiero estar tranquila, que me deje en paz con esta tristeza. No me entiende

¿Acaso, no tengo derecho de estar triste? Barbie es demasiado intensa, no me deja en paz, yo tengo derecho a estar triste, ella no me entiende, no entiende como me siento, me tiene agotada.

Se fue a prepararme la ducha aún hay cosas que no puedo hacer por sí sola, necesito la ayuda de alguien y no quiero que Barbie me estrese.

Soledad: ¿Vamos hija?

Macarena: Si vamos

Entramos a la habitación que había escogido en la casa para dormir, me habían llevado parte de mis cosas. Hoy me siento decaída, débil, quiero ir al cementerio a ver a mi bebé, pero en estas condiciones no me dejan salir, estoy cansada de estar dependiendo de Barbie para todo, mi mamá se quedó en la casa a dormir y así ayudarme.

Bárbara: Está listo todo

Ella intento tomarme para desvestirme, pero no quería que me desvistiera. Y le dije.

Macarena: Mamá puede ayudarme

Bárbara: Está bien amor, pero yo también puedo ayudarte, soy tu esposa, estoy aquí para ti también

Macarena: ¿Puedes dejarme tranquila? Dije que quiero que mi mamá me ayude

Bárbara: Está bien como tú te sientas cómoda ¿Quieres que me salga?

Macarena: Si por favor

Ella se salió de la habitación y mi mamá me ayudó a desvestirme a bañarme y cambiarme, ya cambiada mi mamá me habló.

Soledad: Hija

Macarena: Ujum

Soledad: Estas siendo muy dura con tu esposa

Macarena: Yo estoy sufriendo, estoy triste, dejen que viva mi duelo, estoy mal, perdí a mi bebé, mi niña no tuvo la oportunidad de vivir, no la pude cuidar.

No puedo estar sin ti! 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora