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En el marcador había un gran 2-2, estaba a diez segundos de acabar el partido, todos estaban con los nervios de punta, algunos mordiendo sus uñas y otros apretando con fuerza el brazo de su acompañante.
Justo cuando el partido estaba por finalizar, la pelota entró en la cancha y los gritos se hicieron oír por todo el lugar.
Los alumnos de Decelis Academy festejaron por toda la cancha, gritando emocionados por ganar la final de fútbol escolar.
-¡Fiesta en mi casa!- gritó uno de los aficionados que se encontraban en las gradas, seguido de eso, los demás gritaron y corrieron tras él.
Sunwoo solo tenía una mueca, odiando estos ambientes, a lo lejos veía a su mejor amiga abrazando y felicitando a su novio.
Wonyoung y Sunghoon eran la pareja más famosa del colegio.
Más atrás de donde se encontraba la pareja despidiéndose, estaba Park Jongseong, observando al pequeño pelinegro que nunca salía de su mente.
-¿Necesitas una cubeta?- preguntó un risueño Sunghoon.
Jongseong solo rio antes de golpear su hombro -¿Irán?
-Young sí, dijo que lo iba a convencer pero que no prometía nada- alzó sus hombros -Aunque sé que ella podrá hacerlo- sonrió -Ella puede todo.
-Ahora eres tú el que necesita la cubeta- rio, rodeó los hombros del menor, y ambos caminaron a los vestidores entre risas, burlándose del otro por estar enamorado.
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-¡Por favor, Sunnie!- decía entre suplicas, jalando el brazo del mayor una y otra vez.
-No me gustan las fiestas, Wonyoung, lo sabes- dijo, tratando de no perder los estribos -Ahora si me permites, tengo que terminar el informe de historia para mañana.
Wonyoung hizo una mueca antes de cruzar sus brazos y mirar con autoridad a Sunwoo -Mientes, conozco tus horarios, tienes historia hasta la próxima semana y ambos sabemos que las tareas del señor Yang solo se entregan en su horario de clase.
Sunwoo la miro, negó con un puchero en sus labios, pero la pelinegra asintió porque no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer.
