Para Bakugo Katsuki le era imposible juzgar a alguien en el amor cuando miraba como está su relación actual.
Porque toda disputa y griterío pasaba en el apartamento #505.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El amor era algo peligroso, pero dulce a la vez.
Katsuki siendo un héroe sabía más que nadie lo peligroso que podría resultar tener aquellos sentimientos, al ver como algunas personas se llegaban a enamorar de sujetos mentalmente inestable que lamentablemente por estos problemas se dedican acabar con la vida de algún ciudadano inocente con una vida y familia con la cual continuar. Aun con estos tipos de comportamientos pudo ser capaz de enamorar a alguien, ingresarlos en ese oscuro y profundo mundo criminal.
Solo por amor; Aunque él no juzgaba aquel mundo teniendo como reflexión la situación que se encontraba su relación actual que ante cualquiera sería un ejemplo de lo tóxico que se podría volver el amor algunas veces. Katsuki a veces temía en llegar a su apartamento con el presentimiento de que posiblemente lo que recibiría era un beso apasionado que terminaría en una larga ronda de sexo o un saludo común dejándole un mal sabor de boca; lo cual el inevitable reaccionaria contestando de forma grosera iniciando una discusión que dejaba como terminada si alguno de los dos huía de aquel apartamento.
Si, él no podía juzgar a alguien por amor.
Miraba con intensidad sus manos ignorando el sonido de los pequeños sollozos que soltaba su novio por la culpa de sí mismos. Ni eran las diez de la mañana y ya había una disputa en su departamento sobre algo que hasta ahora ninguno de los dos recordaba ya.
Solo recuerdos vagos de palabras hirientes que no se iban del corazón del otro.
―No quiero más esto ...― Susurro sentándose en el sofá de la sala revolviendo su cabello bicolor.
Katsuki solo suspiro.
―Déjalo...― Hablo sentándose a su lado sin mirarlo directamente, solo en el reflejo del televisor que se encontraba al frente.
― ¿Por qué peleamos? ― Pregunto intentando recordar un poco de la razón de la disputa―. Solo me acuerdo levantarme esta mañana por el ruido de tu despertador.
Katsuki soltó una pequeña risa sin gracia.
― ¿En serio crees que existe una razón? ―Le dijo de forma burlona volteándolo a ver en un intento de calmar sus emociones internas―. Nunca existe una razón como tal, simplemente peleamos y ya.
<<Peleamos y ya>> Esas tres palabras resonaron en la mente del bicolor generándole una molesta sensación que se transformó en una mueca en su rostro al darse cuenta de que ni razón existe solo discuten y ya, así de fácil e hiriente es.
― A veces pienso que si no fuera por el sexo, esto ya se habría acabado.
Katsuki soltó aquella realidad que le atormentaba cada mañana que veía a cualquier pareja pasar lo que se supone es un lindo día.
Entre ellos ya no existían esos cursis apodo; confesiones de amor, abrazos, halagos o hasta algún regaño al ver como el otro no cuidaba su salud. Solo eran dos personas desahogando de algún modo su molestia con el otro de la única forma sencilla posible.
