una probada.

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Estoy en el gimnasio, llevo dos horas aquí golpeando el saco de box y estoy empapada en sudor, tengo las vendas en las dos manos y mis nudillos sangran un poco del esfuerzo pero a pesar de eso no dejó de golpear y golpear, escucho que se abren las puertas del gimnasio y no me importa.

-hija...- la voz de mi tía me sobre salta y recuerdo que no fui a ver como seguía después de mi discucion con stefan.

-tía, perdón...- corro hacia ella y comienzo a llorar.-¿como te sientes?.-digo abrazandola.

-estoy bien cariño, no llores.-me dice sobando cariñosamente mi cabeza.

-tube tanto miedo.

-luana... estas llorando como magdalena joder.- mi tía me retira y me observa, cuando pasó mi ante brazo por mi nariz en un gesto muy poco femenino para limpiarla, ella se percata de la sangre de mis nudillos.

-cariño, mira tus manos.

-estoy bien.- digo pero las lágrimas aún ruedan por mis mejillas.

-hija... que pasa.- dice tomándome de las manos.

-nada, es eso, estaba apurada por ti.- la miro a los ojos pero ella siempre sabe que tengo, y sabe que estoy mintiendo.

-luana, tu estas llorando por otra cosa.- la miro a los ojos y la abrzo de nuevo.

-sólo necesito estar sola ok, te veo a la hora de la comida.-

-pero hija en tu cuar...-tomo mis cosas y salgo sin dejarla terminar.
Voy directo a mi habitación, la cierro de un portazo y comienzo a deshacerme de toda la ropa que llevo quedó en bragas y mi sostén y me voy directo a la ducha la abro y cuando entró denuevo por mis toallas veo a Alejandro, lleva un traje negro y camiseta de vestir color blanca, esta sentado en la cama con un ramo de rosas y me mira atónito.

-¡que haces aquí!.- le grito y me tapó con la puerta del baño, el se tapa el rostro con las rosas, se tumba en la cama y yo al ver su reacción comienzo a partirme a carcajadas.

-luana... yo, lo siento, tu tía me dejó entrar y...

-no te preocupes, ha sido divertido.- tomo mi bata del perchero y después me siento aún lado de el.

-esta bien, ya puedes mirar.- le digo a la vez que le tocó el estómago, el se levanta y me observa, esta muy rojo, y sus chinos un poco alborotados.

-dios, lo siento,en serio luana.

-olvidalo, ¿que tienes hay?.-digo señalando el ramo de rosas que estruja entre su estómago y sus brazos.

-son para ti dulce niña.- se levanta y me las entrega, la verdad es que las rosas son algo aburridas y cotidianas, pero como el aún no me conoce bien no pudo aver sabido que mis flores favoritas son los tulipanes.

-gracias son hermosas.- le digo cuando las tomo y el me rosa las heridas de los nudillos y hago un gesto de dolor.

-¿que tienes hay? ¿te hicieron daño?.- me dice en tono preocupado, me quita las flores y las deja en la cama, después toma mi mano y la examina, lo miro con una sonrisa pero esta misma desaparece cuando recuerdo la cusa de mis heridas, tanto la de los nudillos como la que siento en el pecho.

-tranquilo, práctico Kick boxing.

-¿lo prácticas hasta la muerte? ten cuidado.

me sorpende su manera de protegerme, apenas si lo conozco y ya se preocupa por mi, es un lindo gesto, "algo que ni en sueños haría stefan por ti" dice mi luana molesta y se que tiene razón. Lo miro y le regaló una de mis sonrisas más cálidas.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2015 ⏰

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Ni aunque me enamoraraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora