Capítulo 16. Baño de sangre.

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     Sin pensarlo dos veces tomé el brazo de Rachel y la jalé para sacarla de la casa a toda prisa mientras Ronald se quedaba adentro

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Sin pensarlo dos veces tomé el brazo de Rachel y la jalé para sacarla de la casa a toda prisa mientras Ronald se quedaba adentro.

Antes de cruzar la entrada volteé a ver a mi protector quien asintió una vez para confirmarme que estaría bien. Confiaba en que las cosas estarían bajo control  porque él estaba con nosotras pero, ¿Cómo rayos se había metido una bestia aquí?

Aunque de algo estaba segura, venía por mí, era mi sangre lo que la atrajo ya que a Rachel no le hizo nada. Escuché fuertes golpes de adentro, mi hermana gritó y nos subimos a mi coche.

¡Mierda! Las llaves estaban adentro.

Salí del auto, pero antes de entrar a la casa presencié como se quebró una ventana del segundo piso en mil pedazos, y entre todo ese vidrio vi claramente un enorme bulto de pelo negro y a Ronald que estaba encima.

— ¡Ronald! —grité del pánico.

Solo vi cómo iban cayendo en cámara lenta hasta el suelo. Ronald parecía tener en las manos una especie de cinturón con el que estaba asfixiando a la bestia y Rachel salió disparada del auto, alejándose por completo de la pelea

Fuimos testigos de cómo Ronald—un ser humano con habilidades altamente desarrolladas—estaba batiéndose a lucha contra un monstruo con pelo y garras que le doblaba la altura.

Mi protector de una patada mandó al suelo a la bestia, pero esta contraatacó aventándolo por el aire y provocando que se golpeara con el auto, quedando algo aturdido. La bestia aprovechó y observó a su alrededor hasta encontrarme, justo en su mira.

—Carajo, no otra vez —susurré aterrada y corrí de inmediato para alejar a esa cosa lo más lejos de mi hermana quien gritó de desesperación.

Escuché el rugido feroz de la bestia y lo único que se me ocurrió fue correr adentro de la casa e ir a la cocina en busca de cualquier cosa filosa para intentar defenderme. En cuanto llegué a mi lugar objetivo tomé un cuchillo enorme y al darme vuelta me encontré a un hombre frente a mí, con muy poca ropa y golpes muy marcados en su rostro y pecho.

Y lo más escalofriante es que de la cintura para abajo su cuerpo era bestial, algo similar a un sátiro, pero en vez de pesuñas eran garras.

—Aurora Blake, tu intento de huir de mí es inútil.

Abrí mis ojos en ese momento, ¿Cómo diablos sabía mi nombre?

— ¿Quién eres?

—Olvidemos las presentaciones y pasemos al postre —dijo con una voz ronca y sus ojos empezaron a emitir un brillo espeluznante en un tono rojo escarlata.

Estaba aterrada y solo se me ocurrió moverme para evitar que me alcanzara y enseñarle el cuchillo.

—Necesitarás más que eso para acabar con alguien como yo, deliciosa carnada —declaró con el hocico lleno de baba que escurría hasta el suelo.

2º COLISIÓN: para siempre te protegeré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora