Original

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El año había acabado y empezaba un nuevo año, 2022, un joven de 20 años muy sedentario llamado Mirai toma la decisión de ser más productivo y sano en este nuevo periodo. Quería empezar con algo sencillo como correr, Mirai que nunca le había interesado correr ni había corrido ni durante cinco minutos tenía que conseguir el objetivo de correr cuarenta minutos y hacer ocho kilómetros para ser más eficiente al correr. Para conseguir este objetivo sigue un entrenamiento riguroso de un mes para conseguirlo.

En la primera semana tenía que aguantar corriendo durante diez minutos. Cada mañana Mirai se despertaba, desayunaba y salía a correr a las siete de la mañana. Los primeros tres días se paraba una o dos veces, pero en los últimos cuatro días lo consiguió sin pararse ni una vez. En la segunda semana tenía que conseguir aguantar veinte minutos y además conseguir hacer tres kilómetros y medio, los primeros días eran muy difíciles incluso le costaba despertarse por las mañanas, quería dejarlo, pero recordó lo más le gustaba de correr: escuchar música y ver salir el Sol. Así que siguió intentándolo hasta que los dos últimos días lo consiguió.

En la tercera semana tenía ganas de correr, empezó a calentar con unos estiramientos, luego se puso los auriculares, activo la aplicación que cuenta los metros y comenzó a correr con el objetivo de aguantar treinta minutos y llegar los seis kilómetros. Mientras corría se le rompieron los auriculares, ese día decidió seguir corriendo sin importar lo escuchase puede que no fuera por la música, puede que no fuera por paisaje. Se dio cuenta de que correr se había convertido en algo que no podía dejar aunque estuviera dolido, porque le hacía sentir libre, le hacía sentirse él mismo. No había deseo ni sentimiento más grande que estar corriendo recorriendo el mundo, puede que sin rumbo y sin destino eso no lo descubrió hasta llegar a la cuarta semana.

La última semana fue la más difícil de todas, no consiguió el objetivo de los ocho kilómetros los primeros cinco días y ya se estaba desesperando, parecía imposible hasta que un amigo le dice algo: "Las personas rendimos mejor cuando tenemos un objetivo más claro". Esas palabras confundieron a Mirai porque él pensaba que su objetivo era correr cuarenta minutos, pero parece que ese objetivo cambió cuando se dio cuenta de cuánto le gustaba correr. Cuando se dio cuenta de que no era un objetivo sino un sentimiento solo quería conocer el sentimiento de correr durante esa cantidad de tiempo y más, lo consiguió.

El corredor sin rumboWhere stories live. Discover now