4

46 10 6
                                    

Al día siguiente, nuestros protagonistas cumplieron con su horario de trabajo. Habían ido a la academia en la que ella se escabullía para mostrarle lo mucho que ha avanzado. Después de estar ahí, se dirigían a casa para disfrutar el resto de la tarde libre, tenían planeado ver películas.



– ¿Por qué no te inscribes a la academia? – preguntó el gato mientras conducía.

– Viste que mi hielo comenzó a salir. – respondió volteando a verlo – No quiero mostrar este poder a todos, no sería normal ver a alguien sacar hielo así de la nada.

– Podemos decir que es parte de la presentación. – decía algo burlón – Es una danza en telas con hielo.

– Que original eres. – comentaba riendo.

– A eso me dedico. – decía con gran orgullo – Oye, antes de que se me olvide. Debemos organizar algo para invitar a Chad, le debemos la salida.

– Hay que buscar un buen bar para irnos. – sonreía un poco – Él descansa los domingos, así que podemos ir este fin de semana. – sugería.

– Me parece perfecto. – aseguraba – Esta noche busco alguno y les diré.



Escucharon un golpe en el techo del auto, Jehan no dejó de acelerar, pero ambos se pusieron alerta hasta que el vidrio del piloto se rompió pasando algo enfrente de ellos de manera muy rápida.

Aceleró a un más, pero algo levantó el carro que lo hizo dar vueltas por el aire. Jehan agarró como pudo a Verena y salieron del auto dando varias vueltas al caer al suelo, pero estando a salvo.



– ¿¡Qué mierda!? – cuestionaba en shock el gato sacando sus armas.

– Jehan... – llamó mientras se ponía de pie lentamente mirando hacia delante.



Miró hacia la misma dirección que ella y se puso de pie de la misma manera, frente a ellos a una gran distancia estaba aquel tipo con quien había luchado anteriormente.



– Es él. – comentó el gato recargando la pistola – Quédate cerca. – le pidió.



Aquel sujeto se transformó en aire que era completamente negro y se dirigió con rapidez hacia ellos, pero Jehan logró esquivarlo junto con Verena y corrieron lo más rápido que pudieron.



– ¿¡Cómo detienes al aire!? – cuestionaba el gato mirando hacia atrás.

– ¡Tenemos que dispararle cuando esté en su cuerpo! – sugería la gata preparando su pistola.



Pero Jehan fue empujado con brusquedad alejándolo por completo de ella.

Aun que trataba de disparar o golpear le era inútil puesto a que se trataba del aire. De la nada fue tirado al suelo con brusquedad provocándole un fuerte dolor en la espalda que no lo dejaba ponerse de pie rápido para continuar con la pelea.



– "¿Dónde estás exactamente?" – preguntaba agitada la gata desde el comunicador.

– E-Estoy... En el suelo... – respondía con dificultad – Creo que me jodió la espalda...

– "Ya te vi. Estoy tratando de llegar lo más rápido que puedo."



Dejó el comunicador continuando corriendo hacia su amigo, vio una motocicleta y se desvió hacia ella para tener más ventaja, pero hubo un pequeño inconveniente. Frente a ella apareció aquel sujeto impidiendo su camino, Verena se detuvo como pudo.

No vio de otra más que luchar contra él.

Se acercaron rápido uno con el otro y comenzaron a pelear cuerpo a cuerpo. Ambos tenían excelentes ataques y excelentes defensas, sin olvidar la agilidad y rapidez con la que lo hacían. La ventaja era para los dos.

Viento LibreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora