Capítulo 23

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"1328 palabras"

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Narra Gustabo:

Según acabó de sonar la canción, nos separamos de aquel beso, nuestras respiraciones estaban agitadas y los labios de ambos estaban levemente hinchados por los "pequeños" mordiscos que nos dábamos el uno al otro.

Sentía mis mejillas arder, estaba sofocado, no sabía si por el beso o porque cada vez hacía más y más calor...

Subieron el volumen de la música y la pista comenzó a llenarse aún más que antes, de pronto, la música pasó a segundo plano y lo único que podía escuchar era un fuerte pitido.

Dejé de escuchar aquel pitido cuando alguien me empujó, haciendo que chocara con el pecho de Toni.

- Perdón - se disculpó la chica que me había empujado sin querer.

Empecé a sudar y mis mejillas se tiñeron de rojo, contra más gente llegaba a la pista, más mareado me encontraba.

Toni me miraba preocupado.

¿Qué me estaba pasando?

- ¿Estás bien? - se acercó a mi y puso una de sus manos en mi frente, su tacto se sentía tan... cálido.

Inhalé más aquel aroma a menta que en poco tiempo se había vuelto mi adicción, cosa que no iba a admitir en alto, claro que no.

- Estás ardiendo - apartó su mano y yo solté un pequeño gruñido, un gruñido que vino más bien de mi parte omega.

Se sentía tan bien su tacto...

De pronto, un fuerte tirón proveniente de mi vientre bajo, se hizo presente.

- ¿Gustabo? - pasó su mano de arriba a abajo delante de mi cara.

¿En qué momento había dejado de escucharle?

- E-estoy bien... - el calor volvió junto un pequeño jadeo.

- Te voy a llevar a casa - me agarró la mano y empezó a caminar entre la gente sin soltarme.

Varias personas se nos quedaban mirando, pero apartaban rápidamente la mirada cuando Toni les gruñía molesto.

Otro tirón en mi vientre bajo se hizo presente, pero este mucho más fuerte que el anterior.

Era una situación que ya conocía con anterioridad...

- No te sueltes - su voz salió en un tono demandante.

Le intenté seguir el ritmo, pero entre el sofocante calor que me invadía, el temblor que sentía en mis piernas, y aquel líquido que bajaba por mis muslos, no podía caminar más rápido.

Estaba en celo, eso era más que evidente, el problema era que éste era el peor de toda mi vida, no era ni medio normal, encima el tener a Toni cerca mío no hacía más que empeorarlo.

Toni se paró en seco, cosa que hizo que me volviera a chocar contra él, perdiendo el equilibrio, suerte que el alfa logró poner una mano en mi cintura para evitarlo.

Me miró de arriba a abajo, visualizando cada parte de mí, no me molestaba, al contrario, me parecía ¿morboso?

Vale, el celo me estaba afectando a la cabeza.

Se inclinó sobre mi y pasó sus brazos por mis piernas para elevarme, me agarré a su cuello para no caerme y me cargó al estilo princesa mientras esquivaba a la gente.

Enterré mi cabeza en el hueco de su cuello para aspirar mejor su aroma y sentí como su aroma se intensificaba.

- Gus... - susurró en mi oído, joder que bien quedaba mi nombre siendo pronunciado por aquel chico con acento italiano.

Freccia del destino [Gustoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora