CAPITULO 7 "EL DEPREDADOR Y SU PRESA"

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¡HOLA, HOLA! LES TRAIGO UN NUEVO CAPITULO, ESPERO QUE LO DISFRUTEN. 


Erwin llegó exhausto del hospital luego de haber estado todo el día atendiendo víctimas de un accidente  de un autobús universitario con un camión de carga.

Dejó su bata sobre la mesa esquinera que tenían junto a la puerta y restregó sus ojos con cansancio.

 Levi estaba recostado en el sofá de tres plazas  con una bolsa de hielo sobre la cabeza que también cubría parte de su rostro.

— ¿De nuevo la jaqueca?—preguntó sentándose a su lado— ¿Tomaste algún analgésico?—Levi dijo algo pero por la bolsa sobre su rostro no le escuchó bien—amor—dijo acariciando su muslo—no te entiendo.

Levi descubrió su rostro.

—Tome algunos cuando acabe los ensayos pero no ayudaron mucho.

— ¿De cuáles tomaste? Déjame ver

—Me los dio Maggie, una chica de la academia, no sé como se llaman.

—Levi—respiró con profundidad— ¿Cuántas veces te he dicho que no te mediques con cualquier cosa?

—hoy no Erwin, hoy no.... me llamaron de un número privado, de nuevo—Levi volvió a cubrir su rostro con la bolsa de hielo.

— ¿Te dijo algo esta vez?

—...

—Levi, te estoy hablando—le dijo con la mandíbula tensa— ¿Cómo esperas que te ayude? Si nunca me dices las cosas.

Levi lanzó al suelo la bolsa y se incorporó en el sofá.

— ¿Qué quieres que te diga? No dice nada, nunca lo hace, en algunas ocasiones puedo escuchar el sonido de su respiración otras veces solo el silencio ¡ese maldito silencio que solo consigue alterarme los nervios!

Erwin apretó el puente de su nariz con fuerza y dejó caer la cabeza contra el respaldo del sofá

— ¿Logras escuchar algo cuando te llama? Trata de recordar, amor es importante.

—...esta vez había una canción de fondo, estoy seguro que la he escuchado, no logre entender la letra pero el ritmo se me hace familiar, pero en este momento no recuerdo de dónde.

— ¿escuchas tu esa canción?

—No lo sé, y en este momento no voy a ponerme a escuchar todas mis listas de reproducciones buscando esa canción. 

—Deberías.

— ¿Qué consigo con eso? Podría ser una coincidencia nada más.

—Sí, tienes razón, lo siento es que no sé qué pensar.

Levi no le sostenía la mirada por mucho tiempo y entonces sabía que había más de lo que le estaba diciendo.

—Te conozco, me estas ocultando algo ¿Qué más hay?

Levi titubeó un  momento y luego lo vio con renuncia. 

—Días después de la primera llamada que me hizo, había una rosa roja sobre los escalones de la entrada, y ahora cada vez que vuelvo siempre hay una en el mismo lugar.

—Te das cuenta, me atas de manos cuando no me dices las cosas como son. Hablare con los de la garita de seguridad, pediré que revisen las cámaras de nuevo y...

— ¿y qué? Ya lo hiciste y las estúpidas cámaras de seguridad no grabaron nada extraño, Erwin ese tipo es una sombra, ni las cámaras logran captarlo, es demasiado listo.

ANIMALES (ERURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora