Siento a alguien acariciar mi cabello a mi espalda. Abro un poco los ojos y veo los rayos de luz iluminar mi cuarto.
Siento una pesadez enorme que ni siquiera me quiero mover. Poco a poco voy recordando todas las cosas que ocurrieron anoche: los mensajes, el desmayo de Tay, mi búsqueda de respuestas, mi carencia de ellas, mi desmayo y que él me iba a traer a casa...
Con el temor de que la mano que acaricia mi cabello sea de él, me doy vuelta rápidamente cuando veo a mamá sentada a mi lado, y el dolor de en el cuerpo se vuelve insoportable.
—Cariño, despertaste —Me sonríe—. No te muevas así, va a dolerte más el cuerpo.
—¿Qué?
¿Acaso era adivina? O él había hablado con ella...
—¿No recuerdas? Dios Santo, creo que fue más grave de lo que pensamos.
—No te estoy entendiendo —Digo algo alarmada.
—Te caíste de la cama y te golpeaste la cabeza con el velador, Ima. Por eso te duele el cuerpo, ¿no recuerdas nada?
¿Cómo que me caí y no me di cuenta?
Ese pensamiento me hace reír en mi interior, pero mamá está muy preocupada y no creo que sea buen momento para que me escuche reír.
—Creo que sí, recuerdo un poco —Mentí—, es que no entendía de qué hablabas, perdón.
—Tranquila, mi amor. Tú descansa, hoy no irás a la escuela.
—Está bien —No hay forma de negar de que no me siento en condiciones de ir a clases—. ¿Papá sabe que me caí?
—No, te caíste en la madrugada y él ya estaba durmiendo, ya sabes cómo es él en cuanto al sueño —Dice riendo.
—¿Qué tanto hablan de mí? —Aparece papá en el marco de mi puerta con una sonrisa. Esto es lo que más amo de ellos, todo lo que transmiten con una simple sonrisa o mirada.
—Ima se cayó de la cama anoche, se golpeó con el velador y tú ni por enterado te diste —Eso le hace reír un poco, pero se enseria para hablar.
—Cariño, ¿te traigo algo?
Pudiera decir que nada, pero ahora mismo es como si fuera una niña pequeña de 5 años otra vez mientras ambos me miran de forma tierna y preocupada. Y me causa tanta ternura, y a la vez ganas de aprovecharme de eso.
—Si no es mucha molestia prefiero desayunar acá, no me quiero mover, me duele el cuerpo y la cabeza —digo quejándome—. Aunque no es necesario, puedo ir.
—No te preocupes, no es molestia, ahora mismo te lo traemos —dice papá para darme un beso en la frente y salir de mi cuarto, pero mamá todavía está a mi lado acariciando mi cabello.
—Eres una manipuladora, mocosa —escucho que él dice en mi oído. Me giro tan rápido que termino quejándome del dolor, pero igual que anoche, no lo logro ver.
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Inmune
Mistério / SuspenseUna noche, donde todo se eempezó derrumbar en pequeños pedazos. "No estoy loca" dije, pero ellos no me creyeron. No debí salir de casa esa noche, debí dejar todo como estaba, no debí de intentar ser la heroína cuando jamás lo he sido... Si tan solo...