La Reina

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Queen Meave siempre fue una mujer fuerte, poderosa, una perfecta representación de Wonder Woman en la vida real y miembro de Los Siete. Durante un tiempo, ella estuvo en una relación con Homelander, el héroe número uno del mundo y el líder de Los Siete y la representación real de Superman en la vida real. Ambos fueron la pareja real y muchos medios aún los unían en las primeras planas de los periódicos a pesar de que había pasado mucho tiempo desde que "terminaron" dicha relación. Sin embargo, nunca hubo una relación un "equipo" o una "pareja" entre ella y el hombre más deseado del mundo. Era el héroe del mundo, el héroe de Estados Unidos. Ella lo conocía mejor, sabía sobre la verdad detrás de Los Siete y del mismo Homelander o de los héroes en general. Como miembro del mayor equipo de héroes del mundo, conocía cada uno de sus secretos, aquello que nadie más sabía y que no podrían saber, pues si lo hacían terminarían siendo asesinados. Ya hubo personas que "desaparecieron" por aquello que Vought ocultaba del mundo y descubrieron por un mero accidente que los llevó a la muerte misma. Incluso ella podría ser asesinada si hablaba demasiado, a pesar de ser una representante de Los Siete.

―Ugh.

El dolor de cabeza era una consecuencia de la noche anterior. Alcohol, tabaco y compañía. Tres cosas que se trajo de la fiesta de aquella noche y que siempre lo acompañaba desde su ruptura con Homelander. Casi parecía una mujer deprimida, una que no podía vivir sin su "pareja", como si fuera su droga. Pero aquello estaba demasiado lejos de la verdad. No amaba a Homelander y jamás lo amó en ningún momento de su vida, de su tiempo como heroína y miembro de Los Siete.

―Mi cabeza. ¡Joder!

Mechones rojizos cayeron hacia el frente cuando se movió. Sintió por su cuerpo desnudo la delicada seda con la que estaba siendo cubierta. La sabana escurrió, dejando ver a cualquiera que entrara en aquella habitación sus pechos turgentes, su cuerpo atlético y definido por el entrenamiento y las curvas femeninas.

―¿Qué mierda hice anoche?

Queen Meave respiró hondo mientras intentaba comprender que fue lo que pasó la noche anterior. Bebió alcohol, eso lo tenía completamente dentro de su agenda. ¿Tabaco? ¿Drogas? No, ninguna de esas dos parecía estar entre sus recuerdos. Por más que lo intentaba, solo podía verse así misma bebiendo aquel tequila, aquel wiski escoces y aquellas cervezas importadas. Alcohol y más alcohol. Probablemente su sangre fue completamente sustituida por cerveza.

Un tibio roce la hizo estremecerse. Con las manos en su cabeza, Meave miró hacia un lado, a la izquierda, encontrando un cuerpo masculino igualmente desnudo que el suyo, solamente cubierto por la fina sábana que ambos compartían. Cabello desordenado caía sobre sobre la almohada y le pecho se movía de arriba abajo ligeramente, indicándola que estaba respirando, vivo.

―Espero al menos haber usado condón―murmuró, comprendiendo el erro que había tenido con aquella noche. Normalmente recordaba aquello que hacía. No había detalle que se le escapara. Pero justo aquella noche había quedado completamente borrada de su mente―. Mierda. Tengo la boca seca y me duele demasiado la cabeza. ¿Qué pasó anoche, joder?

Se movió por el colchón, sentándose al borde de la cama. No había recuerdos. ¿Cuándo conoció a aquel chico? ¿Cómo lo conoció? ¿Cuál era su nombre? Por más que intentaba recordar algo, aunque fuera un pequeño detalle, se encontraba con la nada, con un muro completamente blanco como un lienzo listo para ser pintado.

―Ughm.

El gruñido de su acompañante la hizo mover nuevamente la cabeza. Ojos azules le devolvieron la mirada con calidez, con un brillo que ella no comprendió enseguida. Era un brillo cálido y tranquilo que la hacía sentirse en completa calma.

―Ya despertaste―Meave sintió como la voz raspó su garganta cuando salió de entre sus labios―. ¿Quién eres?

―Que descortés. ¿No me presenté anoche?

Ella lo miró. Vio aquella sonrisa burlesca dibujada en sus labios solamente dirigida para ella. Mientras lo miraba, se dio el luje de observar aquel rostro afilado, con marcas en sus mejillas demasiado características. Parecían los bigotes de un felino.

―No lo recuerdo―ella reconoció, sin darle demasiada importancia a que ambos estuvieran completamente desnudos. Hombres o mujeres, siempre compartió la cama con alguien de alguno de los dos sexos o con los dos al mismo tiempo. Su pudor infantil desapareció con el tiempo―. ¿Podrías repetírmelo?

―Claro, claro―desordenando su cabello con una caricia, el joven se recostó en la cama. Estaba desnudo completamente, dejando a la vista su torso atlético sin grasa alguna―. Naruto. Uzumaki Naruto. Espero que nos llevemos bien, Meave.   

De camino al Séptimo [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora