Siempre

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AGÁRRENSE LAS NALGAS PORQUE VIENE LO POTENTE.

*

Habían pasado ya unos días desde la terrible amenaza. Las cosas estaban tranquilas de momento, y ninguna de las partes había hecho ningún movimiento. 

Kaoru era el más visiblemente estresado por la situación, aunque Kojiro era el que todo el tiempo se la pasaba temiendo por la seguridad de dos de las personas más importantes en su vida. Por supuesto, todavía no se rendía, pero necesitaba apresurarse lo más posible.

En la escuela los preparativos continuaron, y solamente eso los mantenía con la mente en otro lugar. Sin embargo, cuando Kaoru parecía nuevamente tener un momento feliz, se lo tenían que echar a perder otra vez.

Daisuke se talló la frente. Estaba cansado y en unos momentos tendría que lidiar con el corazón roto de su hijo.

Kirin entró a la oficina y suspiró.

— ¿Ya le dijiste? —preguntó él.

—Todavía no.

Los dos se miraron por unos segundos sin decir nada.

— ¿Qué fue exactamente lo que te dijeron los profesores? —preguntó Daisuke.

—Unos chiquillos percibieron perfectamente las feromonas de Kaoru y casi los asfixia. Sus padres estaban muy enojados porque no podían dar con los tutores de Kaoru para poner una queja... ¡Pero estoy molesta! Yo sé que mi hijo no reaccionaría así sin razón alguna. Algo tuvieron que hacerle.

— ¿Y algo más no dijeron? Estoy seguro de que si hablamos con él, nos explicará por qué lo hizo.

Kirin lo miró con el entrecejo fruncido. A pesar de que ellos dos amaban a su criatura y trataban de tener una relación cercana con él, Kaoru en realidad era muy distante en ese sentido. Nunca les contaba cómo se sentía, y en general no hablaban mucho. Por supuesto que el pelirrosa cuando estaba con ellos trataba de ser afectuoso, pero había pasado tantos años siendo víctima de tantas personas, que en realidad de que de no ser porque Yoshimura recientemente le había contado todo, él seguiría pensando que sus padres no hacían mucho por protegerlo.

En parte también era por eso que confiaba ligeramente más en su compañero guardaespaldas que en ellos.

Kirin se sentó y sintió un nudo en la garganta.

La vez que los muchachos de la escuela atraparon a Kaoru y a Kojiro darse amor en el pasillo cuando el pelirrosa se confesó, se habían quejado con los encargados por haber sido afectados por las amenazantes feromonas del superdominante. Además, ya existía el antecedente de cuando habían tenido que evacuar el edificio.

Los profesores y algunos estudiantes estaban consternados, y por ello muchos no querían que el pelirrosa asistiera al festival. Era normal al desconocer la situación del muchacho, pero por supuesto, tampoco podían pasar por alto que muchos estudiantes no podrían soportarlo y no podían tampoco darse el lujo de tener más incidentes.

—Iré a decirle yo —dijo Daisuke.

—Hazlo con calma —pidió Kirin—. Creo que justo ahora están viendo algo se eso.

El alfa se talló la frente y asintió.

Se dirigió hacia la sala de estudios en donde estaban los muchachos normalmente en ese horario.

Johannes fue quien abrió la puerta cuando el hombre se acercó. Adentro estaban los tórtolos solamente charlando frente a frente sentados a las mesas de trabajo. Daisuke no podía evitar pensar en lo mucho que se le iluminaba el rostro a su hijo cuando estaba con el peliverde. Sospechaba a gran escala que tal vez se había encariñado con él.

Proyecto Sakurayashiki || OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora