Prólogo

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𝓐𝓷𝓷𝓮.

Observo el atardecer por los grandes ventanales de la clínica antes de volver a concentrarme en la lista del pedido de implantes que está sobre el mesón, verificando que este todo y exactamente como lo pedí, me ha pasado que traen implantes de mala calidad o unos implantes que no eran loa correctos, así que ahora me aseguro de que todo este correcto.

Es un hermoso atardecer. Es una lastima que no pueda disfrutarlo al cien por ciento con mis pensamientos.

Todo atardecer merece ser admirado.

Pero me siento muy agotada para admirarlo como se merece.

Se me esta haciendo tarde y probablemente Steven me debe estar esperando en mi apartamento. No le gusta que llegue tarde y lo entiendo, puede ser peligroso.

Se preocupa por mí. Siempre lo ha hecho, aunque a veces pueda ser excesivo.

Luego de unos minutos de revisar todo, ordeno los papeles tirados por toda la mesa y alguna que otra cosa tirada, dejando todo impecable. Agarro mi bolso y camino hasta la oficina de Jacob, dando unos toques a la puerta antes de entrar y verlo con una laptop y documentos sobre su escritorio.

Él me da una sonrisa cansada y se baja las gafas para frotarse los ojos.

—¿Ya te vas?

—Así es—observo la hora en mi teléfono y las cinco llamadas perdidas de Steven que me hace estar nerviosa—. Dios, se me hizo tarde, estuve revisando la lista del pedido de implantes, todo está bien y ordenado. Tú también deberías irte luego.

—Sí. Solo tengo que terminar de revisar algunos documentos y ya me voy—suspira.

Las pequeñas arrugas en los extremos de sus ojos se hacen mas notorias con la expresión de cansancio y el pasar de los años. Es inevitable no fijarme en cómo ha afectado el trabajo en Jacob, siempre me preocupo por él. Es como si fuera un padre para mí.

Nos hemos apoyado el uno al otro desde que empecé este trabajo apenas salí de la escuela. Siempre está aconsejándome aunque no le haga caso en todo y yo siempre estoy preocupada por su salud y su exceso de trabajo. Quisiera que se tomara unas vacaciones alguna vez.

—Necesitas descansar, Jacob.

—Lo sé, lo sé. Odio admitirlo, pero creo que la edad también me esta superando.

—Oh, vamos, no planeas jubilarte, ¿o sí? No estás viejo.

—Tengo cincuenta y siete años, Anne.

—¿Y? Mamá tiene cincuenta y cuatro, y va a bares, conoce gente, baila, va de compras y tiene una que otra aventura cuando se le da la gana. Ella dice que va a ser joven eternamente y que la edad nunca va a ser un impedimento para la diversión. En resumen, necesitas descansar y salir a divertirte, tal vez deberías ir con mamá para guiarte y que no te acobardes.

—Tu madre es extrovertida, yo no. Y sería un caos que ella me guiara.

—Tienes un punto.

Niega con la cabeza mientras sonríe y se recuesta en el respaldo de su silla.

—Bueno, mejor dejemos esta conversación para otro momento—suspiro—. Adiós, Jacob. Descansa.

—Adiós, Anne.

Al salir de la clínica me subo a mi auto e ignorando la nueva llamada de Steven comienzo a conducir hacia el apartamento nerviosa.

Debí avisarle que hoy saldría un poco más tarde.

Durante el camino pienso en la despedida de soltera de Lily que será mañana. La verdad es que me vendría muy bien un viaje así en estos momentos, en las últimas semanas el trabajo ha sido agotador, muchas personas haciéndose cirugías. Y bueno, por otro lado, está Steven, las cosas no han estado muy bien entre nosotros, su control, celos y temperamento ya me están agotando.

TÚ & YO [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora