Capítulo#1 El nuevo.

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Hoy comienza otro año más en la misma estúpida escuela. Quisiera decir que estoy feliz, pero no, a mí nada me emociona. He pasado toda la noche sin dormir, y no es por los nervios de comenzar las clases, es por la depresión, que hace que en las noches entre en crisis existenciales y no pueda descansar, tengo unas ojeras enormes y estoy exhausta, sé que me quedaré dormida en cualquier clase. Salgo de mi habitación y voy a desayunar.
- Buen día Naiara. - me dice mi madre, por suerte todavía no está borracha.

Mi madre es alcohólica hace más de 6 años, justo desde el día en que papá nos abandonó. Yo tenía 10 años y desde entonces he tenido que soportar a mamá borracha sufriendo por mi padre, por eso no creo en el amor, para mí es una basura, te hace volar y después te suelta desde lo más alto sin paracaídas.
Con mi madre siendo alcohólica tuve que empezar a trabajar hace un año, ya que no la aceptaban en ningún trabajo y necesitábamos dinero para poder vivir, así que cuando termino las clases voy a trabajar en una cafetería.

Cuando llego a la escuela, todos ignoran mi presencia, nunca me he relacionado con nadie, creo que no saben mi nombre, todos me llaman la friki suicida, sí suicida, he intentado suicidarme varias veces, lo que no lo he logrado, siempre me salvo. Ni tomándome cientos de antidepresivos o cortándome las venas, lo he logrado. En mis brazos tengo cicatrices que me han quedado, las llamo: fracaso de mi objetivo, cada cicatriz es un fracaso al intento de suicidio.

Estoy apartada de todos leyendo en internet un artículo de cómo quitarse la vida con éxito, cuando se me acerca un chico.
- Hola mi nombre es Rafael - me dice y extiende su mano.
Yo le doy una sonrisa falsa y sigo leyendo mi artículo.
- ¿Cómo quitarse la vida? ¿Te quieres suicidar? ¿Estás loca? - me reclama y me molesta que lo haga porque no lo conozco.
- ¿Quién te crees que eres para leer lo que veo en mi teléfono? Si me quiero suicidar o no, no es asunto tuyo.
- Perdón, es que mi hermano se suicidó hace dos años y cada vez que oigo esa palabra me altero.
Por lo menos tu hermano tenía a personas a las que le importaba su existencia.
- Vale, ahora si no te molesta voy a seguir leyendo.
- ¿Esas cicatrices son intentos de suicidio verdad?
- ¿Me puedes dejar en paz? - me cansa su insistencia.
- No entiendo cómo una chica tan linda puede intentar suicidarse.
¿Linda? Ni siquiera me peine.
- La belleza no tiene nada que ver.
- ¿No me piensas decir tu nombre?
- Naiara, que significa la reina de las flores, pero todos me conocen como la friki o la suicida.
- Yo no te llamaría así, eres diferente, ¿te puedo llamar Zebra Blue?
- ¿Cebra qué?
- Zebra blue, es una flor muy rara pero a la vez bonita, como tú. Deberías de buscarla en internet, en vez de andar leyendo esas cosas.
- Leo lo que quiero, y no me gusta ese nombre.
- Bueno entonces seré menos creativo, rarita.
- Todo el mundo me cae mal, pero tú me caes peor.
- Gracias.
Le tuerzo los ojos y me voy dejándolo solo.

Cuando entro a clases el profesor comienza a decir lo mismo de todos los años y presenta a los nuevos entre ellos está el metiche:
- Chicos él es Rafael, tiene excelentes resultados, es muy inteligente y solidario, así que pueden contar con él para lo que necesiten...
Después de presentarlos a todos entran y se sientan en las sillas. Rafael no ha parado de mirarme ni un momento desde que entró.
 
Después de varias clases por fin es hora de irse, me he quedado dormida en casi todas, por suerte los profesores no se han dado cuenta.
- Anda rarita, ahora estamos en la misma clase. - me dice el metiche.
- ¿Puedes dejar de perseguirme?
- ¿Por qué eres así?
- Porque sí, adiós. - me alejo de él y voy para mi casa, dentro de dos horas tengo que ir a trabajar.

Al llegar a casa, mi madre no está, seguro que está en algún bar tomando y va a llegar tarde y borracha, como todos los días. No sé de dónde saca el dinero para beber porque lo que gano en la cafetería es para comida y ropa.

Después de trabajar cuatro horas en la cafetería, regreso a casa. Mi mamá aún no ha llegado por lo que cuando comienza a sonar mi celular pienso que es ella, pero no, es un número desconocido, así que cuelgo. El mismo número me manda un mensaje:

-Rarita, que tengas una linda noche.

Rafael, quién más podría ser, ¿por qué eres tan insoportable, metiche?

Polos opuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora