Stevenson se puso de pie y puso la mano sobre el picaporte.
-Si no doy la señal en veinte minutos es porque estoy muerto, así que la das tú.
-Bueno.
El profesor salió rápidamente por la puerta y la cerró; habían más casas en todo el territorio, todas estaban conectadas con caminos de madera similares a muelles, el camino que siguió Stevenson era derecho, lo llevaba directamente al templo.
Caminaba con paso decidió y con la frente en alto, se detuvo en seco cuando vio a Adira, que estaba en su trono, ponerse de pie; la mujer se acercó y salió del templo, se paró encima de unos escombros y sonrió.-Thomas, empezaba a creer que no vendrías.
-¿Y perderme tu muerte? Jamás- dijo con voz fría.
La mujer soltó una carcajada y empezó a caminar hacia su izquierda.
-Los guerreros están en su territorio- la sonrisa se borró del rostro de Stevenson-… y tu hijo está con el guerrero de fuego. Los tengo vigilados y todavía crees que voy a perder- su sonrisa se ensanchó y miró al profesor nuevamente.
-No tienes almas que peleen por ti.
-No tienes a Emilda de tu lado… y yo tampoco- fingió tristeza-. Debiste ver la cara que puso cuando le corté la cabeza- el profesor apretó la mandíbula-, aunque si gustas pasar al templo puedes ver su cabeza.
-Son dos contra seis.
-Corrección. No tienen a Lorena, así que son cinco contra cuatro. No estoy sola, Thomas.
La mujer extendió su brazo y elevó algunos escombros rodeándolos con una especie de aura negra, cuando estaban a la altura de su cabeza los arrojó a Stevenson, éste se tiró al agua que le llegaba hasta las rodillas evitando ser golpeado por el escombro.
Adira soltó una risa y Stevenson se teletransportó a su lado para dejar un golpe en su abdomen y volver al agua.
-¿Qué fue eso?- preguntó la mujer mirando a Stevenson-. Fue un golpe sucio.
-Necesitaba desquitarme- respondió y se encogió de hombros.
-Me gusta este juego- susurró para sí misma aunque Stevenson la escuchó de todos modos.
El profesor se teletransportó al templo y agarró a Adira por la espalda, ella se volteó y dejó un golpe limpio en la cara del hombre, éste respondió de la misma manera pero lo esquivó entonces le golpeó las costillas.
-No me gusta este juego- dijo el guardián después de recibir más golpes de los que daba.
La bruja le dio una patada y lo empujó a una columna, el hombre vio las cadenas y no se movió, quería que Adira se acercara y lo hizo, un aura negra rodeó la mano de la misma y Stevenson empezó a sentir que le faltaba el aire a medida que la bruja se acercaba.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca le pegó en las piernas provocando que caiga de costado, entonces tomó las cadenas y le rodeó el cuello.
-Los papeles se invierten- le dijo a Adira en un susurro.
La mujer estaba de rodillas cuando Stevenson sintió que una cuerda rodeaba su cuello.
-Suéltala- ordenó Azael que generaba una cuerda sólida de color negro.
“No es humo" pensó el profesor.
Cada vez se sentía más débil así que tuvo que soltar a Adira y llevarse las manos al cuello para tratar de sacarse esa cuerda, pero no podía.
El profesor no quería traer a los demás ahora, pero si no lo hacía estaría muerto y no era una mejor idea.
Antes de llamarlos se teletransportó fuera del templo, tenía que averiguar si se libraría de la cuerda. No se liberó.
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Guerra de Elementos [#1]
FantasyDespués de la derrota de las brujas, Adira y Yassaria, los últimos guerreros de los cuatro elementos siguen desapareciendo de una manera misteriosa, lo que confirma las sospechas del Guardián de los mundos de que nunca las vencieron. Buscando la man...