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Ran se estaba cansando de que su querido hermano saliera mucho con aquel algodón de azúcar andante, ya casi no tenía tiempo con él debido a sus inesperadas citas por las tardes, él quería pasar tiempo de calidad con su hermano, como lo hacían antes de que Souya Kawata se interpusiera en la vida de su querido hermano.
- Ran, saldré con Souya, regreso más tarde - dijo el cuatro ojos saliendo de casa sin que su hermano reclamara.
- Que fastidio - pensó el más alto quien estaba recostado en el sofá viendo la TV.
Rindo se dirigía hacía el mail en su motocicleta, pues Souya lo había citado ahí para poder comprar unos alimentos que le había encargado Nahoya para la cena que tendrían con su madre y no quería estar solo en esa aventura.
(...)
A lo lejos Rindo diviso aquella cabellera azulada que pertenecía a su mejor amigo, si, su mejor amigo, muchos pensarían que son pareja debido a sus citas por las tardes a lugares demasiado románticos, pero lo cierto es que al Kawata le gustan esos lugares y quien es Rindo para negarse. Luego de saludar al cabeza de algodón se adentraron a la tienda buscando todos los ingredientes que están en un pequeño trozo de papel.
- Bien, Rin, necesitamos primero un poco de pavo - dijo tomando al chico del brazo mientras leía la lista.
- ¿Qué harán de comer? - preguntó Rindo curioso.
- Naho quiere hacerle a mamá un poco de pavo al horno - dijo mientras a lo lejos veía el refrigerador donde se encontraba el pavo.
- Que rico! - sonríe acercándose a los refrigerios.
Un par de minutos bastaron para que Souya eligiera el mejor pavo para su querida madre poniendo este en una pequeña canasta que tenía Rindo en uno de sus brazos.
- ¿Qué más sigue de la lista? - dijo revolviendo los pequeños cabellos del menor.
- Pues... estamos cerca de las frutas y verduras, vallamos por un par de naranjas - sonríe amablemente encaminando hacia el puesto donde se encontraban las naranjas.
Rindo sin quejas siguió al menor con una sonrisa en su rostro, viendo como el menor se detenía para elegir las mejores naranjas agarrando un par de ellas no muchas pero algo es algo.
- Bien, con estas bastan - dijo el menor poniendo la bolsa en la canasta - ahora sigue la piña y las cerezas en almíbar.
- Andando, pequeño Sou - sonríe tomándolo de la mano para dirigirse hacia la sección donde se encontraba dicho producto.
Entre risas y platicas estuvieron buscando los productos que estaban en la pequeña lista, también compraron uno que otro postre para el pequeño Kawata y Rindo se lo tuve que comprar si no quería verse en un hospital enyesado. Después de encontrar las cosas y nomas llevar un poco de bolsas salieron del local hacia la salida mientras venían payaseando sobre algunas cosas, al salir Souya se percato que había venido caminando y no tenía suficiente dinero para un taxi, así que con mucha pena le pregunto a Rindo.
