Capitulo: III NOTHING

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[final]

Regrese al mundo del cielo,
en busca de la reina de mis anhelos.
Algo había diferente
pero estaba cegado por en mis brazos tenerte.

Los jardines se llenaron de espinas
y te encontré vestida de telas finas,
pero diferente
por que el cielo no era azul, sino verde

Tus labios negros como carbón
tus ojos rojos dolor
quien estaba en frente no era mi flor
desconocí esta aberración

¿Y el traidor donde esta?
"Muerto", me contesta;
¿Y el viejo?
También, Muerto...

Lo que sucediese después nunca lo imagine, por mi mente jamás paso algo tan horrible.





Un día mientras dormía, desperté en un mundo de oscuridad, con un suelo de vidrio y con nubes rosadas de algodón. Como sobre las que nos tendíamos para ver el mundo, en esos bellos días, que ahora me parecen tan distantes, y a la vez, tan cercanos llenándome de alegría al poder ver al que seria mi guía hasta mi amada, Catastros, el magnifico corcel que lleva almas a los círculos celestes. Mi hogar. 

Raudo y decidido, subo al lomo de catastros quien empieza a correr, correr y corre casi hasta que se sintió volar el espíritu. Cuando, una brillante luz se dejo ver en la distancia y catastros la comenzó a seguir. Era la entrada... 

Pero al entrar, lo que aconteció ante mis ojos no lo podía creer, no era algo que hubiese imaginado ni en mis pensamientos mas remotos y obscuros. El primer cielo, "los jardines"
se encontraban completamente devastados, llenos de maleza y espinas venenosas. El cielo azul de antaño, ahora era de un color verde enfermizo que se mezclaba con lo oscuro del paisaje. 

Deje partir a catastros para avanzar al segundo cielo "el Taller" pero al adentrarme en el mas que un taller parecía un cementerio con cientos de cuerpos gigantescos y deformes. Un escalofrió recorrió mi espalda con la imagen que acontecía ante mis ojos, la cual asemejaba a las de la fosa de almas. 

El olor era completamente nauseabundo como si todo el excremento del mundo estuviese concentrado en un solo lugar. La sinfonía de ángeles que se escuchaba antes, fue remplazada por el sonido de las hordas de moscas y escarabajos que flotaban por todo el lugar

Tuve que adentrarme en las profundidades de este gris y terrible lugar para poder avanzar al tercer cielo, donde estaría esperando mi amada por mi regreso. 

La encuentro vestida de negro, con un vestido casi translucido que poco dejaba a mi imaginación. Con una falda ligeramente por encima de sus rodillas, sus medias largas,
los adornos en toda su ropa, sus largos cabellos negros como la noche, su blanca piel,
sus hermosos ojos...

No... no eran los hermosos ojos verdes como los míos. Eran dos ardientes orbes rojizas de fuego que adornaban su rostro junto con unos labios negros que esbozan una macabra sonrisa y un poco de maquillaje en sus ojos. Me daban una atemorizante sensación de que algo no marchaba bien. 

Mi mente regreso a la realidad y pregunte:
—Amada mía, cuanto tiempo he estado lejos de ti, cuanto me pesa el haberte abandonado por salvarte de mi destino. tanto tengo que contarte y quiero hacer pero antes dime: ¿Dónde se encuentra ese traidor? tengo una cuenta pendiente que ajustar
con el— Y ella me contesta: 

—No tienes de que preocuparte, yo me encargue de él hace ya mucho tiempo...—

Dejo pasar un silencio muy incomodo que fue acompañado por un ligero soplo de aire que hizo ondear su cabello. Entonces pregunte:

—Y ¿Dónde se encuentra el viejo? también tengo que hablar con él—

y mi amada me contesto: 
—El se encuentra junto con el traidor...— una pequeña risa, preambulo de una larga carcajada completamente desquiciada y que parecía provenir de algún demonio del inframundo. Exclamo con un tono entre furia y regocijo: 

—¡ESTAN MUERTOS!— 

Seguido de fuertes carcajadas, que me estaban asustando. ¿Pero como?
¿Cómo puedo sentir miedo de la musa de mis anhelos? pensé por un segundo, 
cuando trate de tomarla en mis brazos para reconfortarme, ella me empujo con una fuerza totalmente descomunal, dejándome tirado en el suelo y rompiendo mi corazón con sus palabras. 

—Yo... ¡TE ODIO!..—

 Y continuo riéndose, pero ahora comprendo que se reía de mi, mientras yo sentía un fuerte deseo de morir. Una decepción tan grande que no se puede describir. 

Mis pesadillas se materializaron al volver a ver emerger desde el fondo, las mismas cadenas que me alejaron una vez de mi amada, quien procedió a retorcerse sobre el suelo mientras reía descontrolada mente y se desgarraba su vestido quedando completamente desnuda. 

Mientras yo estaba siendo arrastrado a la tierra de la tristeza, pude ver como de todos los rincones del cielo, emergieron demonios cornudos, de piel grisácea y enormes falos erectos.
cientos de falos que comenzaron a penetrarla por todos los orificios. Y de sus ojos caían lagrimas de placer.

He aquí, el final de mi travesía.
ahora espero a que mis ojos se cierren, soñando con ella, y  esperando no volver a abrirlos nunca mas. 


Cuando Caen los ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora