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Era un día importante para algunos, se trataba de las finales del partido de futbol y muchos habían asistido al estadio para presenciar y apoyar a sus equipos favoritos.

Sonic y Silver asistieron, eran fans muy grandes de este deporte y sus equipos habían llegado a la final.



– Esta es la gran noche en la que las estrellas doradas van a ganar. – decía con emoción el plateado – Lo presiento.

– El hecho de que tengas telequinesis no quiere decir que veas el futuro. – retaba el azulado – Los wild's van a ganar. – sonreía con orgullo.

– El hecho de que tu corras a la velocidad del sonido no quiere decir que puedas viajar en el tiempo.



Ambos seguían con sus burlas yendo directo hacia el estadio.



– ¿Tienes los boletos? – preguntaba el azulado.

– Claro, no los olvidaría por nada. – respondía mientras los sacaba de los bolsillos de su chaleco – ¿A quién se le olvidarían los boletos de algo importante?



Entregaron sus boletos al vigilante que estaba justo en la entrada y les permitió el acceso. Se ponían cada vez más emocionados, se asombraron al ingresar al estadio y ver parte de la cancha de futbol, todo iluminado y se escuchaban los gritos de emoción de todos los presentes que cargaban banderas con los logos de sus respectivos equipos y otros estaban pintados con sus colores o utilizaban las playeras.

Buscaron sus asientos, estaban en primera fila y de inmediato se sentaron aun con la emoción en ellos.



– Ya quiero que empiece. – decía eufórico el plateado palmeando sus piernas – ¿Iremos a algún lugar después de aquí?

– Podemos ir a comer alitas. – respondía feliz – Para celebrar en honor al equipo ganador.

– Hecho. – sonreía.



Como el plateado estaba sentado justo a la derecha del azulado podía ver perfectamente quienes iban ingresando a las gradas. Se percató que dos sujetos miraban al azulado de una manera extraña, estaban asustados o nerviosos, en especial uno de ellos.

Frunció un poco el ceño, se preguntaba a sí mismo el por qué miraban a su amigo de esa manera, ¿A caso lo conocían? ¿Le debían dinero? Además, sentía una sensación extraña dentro de su cuerpo.



– Sonic. – llamó el plateado – Mira discretamente hacia tu izquierda y dime si los conoces.



El azulado frunció un poco el ceño y poco a poco volteaba hacia la izquierda al mismo tiempo que miraba a todos lados aparentando que miraba todo el lugar. De reojo logró alcanzar a notar que aquellos dos desviaron rápidamente la mirada y continuaron su camino hacia las gradas.



– No, no los conozco. – decía para al plateado – ¿Por qué? – lo miró.

– Te miraron como algo nerviosos. – respondía.

– No tengo la menor idea, de quienes sean. – volvía a mencionar – Pero la chica era hermosa. – sonreía.



Aquellos sujetos eran la gata blanca y el erizo negro, también habían asistido al partido quedando tres gradas arribas de ellos.



– Demasiado hermosa. – sonreía el plateado.



En eso, comenzaron a anunciar a los equipos que jugarían y todos en el estadio se levantaron de sus lugares gritando con emoción y nombrando a sus equipos favoritos.



















Después de haber sacado aquella adrenalina, todos ya se disponían a salir del estadio sin dejar de hablar del tan satisfactorio partido para algunos y para otros no lo fue tanto, sin embargo, las risas y emoción seguían de pie.



– ¡Te dije que iban a ganar! – festejaba feliz el plateado – ¡Se llevaron la copa!

– Sí, sí. Como digas. – mencionaba indiferente – Mi equipo los dejó ganar, no querían hacerlos sentir mal.

– Eso me suena a envidia. – se burlaba.

– ¿Cómo tendré envidia de ese quipo bueno para nada? ¡Pff! – rodeaba los ojos rascándose la nuca algo incómodo.

– Sonic, debo decirte algo. – decía el plateado cambiando de tema – ¿Recuerdas a los dos sujetos que vimos? – el azulado asintió con la cabeza – Al momento que los vi, sentí algo raro.

– ¿Raro en qué sentido?

– No sabría explicarlo – fruncía un poco el ceño – Pero era como una clase de... Deja vú.

– ¿Deja vú? – lo miraba sin comprender – Me temo que no logro entenderte.

– Creo que ellos tienen algo que ver con mis visiones. – confesaba – Estoy seguro de que de eso de trata.

– ¿En serio? – pensaba – Mmm... Si estás seguro de lo que dices, entonces debemos que ir a buscarlos. – lo miraba – Hablar con ellos.

– ¿Y cómo vamos a llegar con ellos y mencionarles sobre mis visiones? – lo miraba – Ni siquiera estamos seguro si poseen poderes como nosotros.

– Parece que olvidas que tengo acceso a todo. – reía un poco – Puedo investigar sobre ellos sin problema alguno. Solo que necesito que me hagas un pequeño favor. Ve con ellos y mantenlos ocupados mientras que yo les tomó una fotografía para rastrear sus rostros.

– Buena idea. – miraba a todos lados buscándolos – Solo que si eres un acosador. Ahí están. – sonreía.



Fue rápido hacia ellos mientras que el azulado buscaba un lugar bueno para hacer su parte del plan.



– Disculpen. – llamaba el plateado – Perdón que los moleste.



La gata y el erizo negro detuvieron su camino para voltear a verlo.



– Sus rostros me son familiares. – comentaba – ¿Nos hemos visto en algún lado?

– Amm... Me temo que no. – respondía la gata con confusión.



Mientras Silver los distraía, el azulado ya estaba tomando algunas fotografías con mucho éxito. Guardó su celular y se dirigió hacia ellos como si nada hubiese pasado.



– Ya estoy aquí, será mejor irnos. – comentaba el azulado y miró a ambos – Hola. ¿Mi amigo los está molestando?

– Ya no importa. – decía la gata con un ligero suspiro – Solo una confusión por parte de él. Buenas noches.



Ambos retomaron su camino yéndose del lugar.



– ¿Y bien? – preguntaba el plateado – Dime que lo lograste. El erizo me hizo sentir incómodo, tiene una mirada bastante fuerte.

– Lo logré. – sonreía comenzando a caminar junto con él – De casualidad, ¿Preguntaste por sus nombres?

– Siempre un paso adelante. – decía con orgullo – Se llaman Emily Paige y Daario Wayne.

– Ya tenemos ventaja con eso. Es hora de ir a trabajar.

























Y como tal lo dijo, pasaron la noche investigando acerca de ellos dos, solo que si les costó algo de trabajo porque no obtenían tanta información. Ninguno poseía alguna red social y tampoco había fotografías.

Sin embargo, con la ayuda del análisis facial lograron encontrar dos videos de las cámaras de seguridad de la ciudad. En uno se apreciaba a la gata caminar por la calle, justo en esa misma había ocurrido un robo que tan solo se vio como algo de hielo apareció haciendo resbalar al ladrón.

En el otro video estaba el moreno en una tienda en donde ocurría un asalto. Entonces el moreno se transformó el viento para atacar a los dos asaltantes, pero la cámara se apagó por daños ocasionados.

Ambos erizos se sonrieron con orgullo tras lo obtenido.

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