EL HONOR DE UNA DAMA
CAPITULO 29.
🥺🥺🥺🥺Esa respuesta hizo al mundo temblar, las suposiciones de Candy eran reales, había nobles involucrados en todo eso, gente que se sentaba a comer a su mesa, que predicaban honor y buenas costumbres , que entre sus empolvadas y blancas pelucas ocultaban secretos tan negros y podridos que no podía llegar a imaginar los límites de la crueldad. Y tenía precisamente que tratarse de ese hombre, que no era cualquier cosa, era el padre del mismísimo capitán Michael Meyer.
—Oh no... esto es malo —Vocifera Terry al mismo tiempo que que su mente trata de encontrar alguna forma de entrar a ese lugar. Imaginaba que estaba custodiado hasta la última brizna de paja de aquel lugar.
—No será fácil entrar. Mucho menos ahora que sabemos eso. De modo que el capitán es hijo de un marqués —Menciona Archie con curiosidad —Se supone que debe heredar el título, pero está en la armada. Que singular todo esto.
—¿Hay algún modo de entrar sin ser descubiertos?
—Bueno... —Archie trata de hacer memoria de las diferentes maneras de entrar a la casa de un noble sin causar alarma. Sin embargo, con ese descubrimiento para él, era más que beneficioso para desenmascarar a su capitán y revelar como se aprovechaba de su rango para hacer lo que le viniera en gana —Yo soy un subordinado del capitán Meyer. Quizás pueda recibirme.
—¿Estás loco? Pueden descubrirte —Asegura Terry mientras revisa las anotaciones que habían hecho —Puede que este armado hasta los dientes, que el bastardo de su hijo este ahí y si llegan siquiera a ver a Candy y le hacen algo juro yo mismo que le arrancó el corazón —El joven iba alzando la voz a medida que iba gritando sus amenazas.
—Calmate, Lince, y agradezco que te preocupes por lo cabeza. Pero creo que podemos entrar sin armar mucho escándalo. Necesitaremos de tus habilidades de escapista.
—¿De qué manera?
—Bueno, puedes sorprenderme, Lince. Quizás pueda aprender algo de ti esta vez —Refuta, siendo aquello un reto para el Lince.
Es ahí mismo tiempo dónde el joven toma aire y encara a todos sus acompañantes. Alza la mano al horizonte, señalando con los dedos de sus manos al sol.
—Bien, no hay mejor forma de entrar a un lugar que en las noches. Quizás tengamos problemas con la seguridad. No sabemos la cantidad de personas dentro ni la organización interna.
—¿Qué planeas? —Pregunta Candy. Por la forma como Terry iba planteando todo sabía que aquello iba a tener un desvío.
—Además de escabullirnos de noche, averiguar los verdaderos planes de ese sujeto.
Eso era realmente lo que quería saber, porque, en todo el tiempo que llevaban escapando y corriendo entre las calles había descubierto muchas cosas que no cuadraban en toda su tragedia.
Candy y sus compañeros después de organizarse y preparar todo para movilizarse a Cape Queen May. En medio de la vástaga población londinense que se aglomeraba en el centro de la ciudad alguien tropieza con Candy y la hace caer al suelo.
—¡Imbécil, tenga más cuidado! —Reclama la joven furiosa al mismo tiempo que Terry la ayuda a levantar.
—Usted... ¡OIGA! —grita esta vez el joven de ojos azules al desconocido que no se ha tomado la molestia de encarar al cuarteto —Al menos podría haberse disculpado con la señorita ¿no lo cree?
El sujeto se da la vuelta, es un uniformado que les dedica una sonrisa a ambos. Sin embargo, detrás de esa sonrisa algo hizo aterrar a Terry, aquel instinto de lince le hizo dudar y ponerse delante de Candy quien nota el cambio de postura del joven.
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EL HONOR DE UNA DAMA
FanfictionCandice White, al igual que toda joven del siglo XVIII está restringida de toda cosa que según la sociedad de la época es "Impropio de una dama" Pero ciertos eventos le llevarán a tomar medidas drásticas y a revelar el pasado perdido de la monarquía...