4. Pestañas

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Disclaimer: Los Vengadores no nos pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan son nuestros.

NOTA: Negritas en ruso.

Las hermanas pasaron gran parte de la tarde sin hablar, pues cada vez que Yelena intentaba decir algo, Natasha simplemente la silenciaba con la mirada.

—Voy a salir a hacer una llamada—dijo la rubia.

—¿Se puede saber a quién?

—A un asesino a sueldo, será más rápido intentar que esperar a que me mates del aburrimiento.

Caminó antes de ser alcanzada por la almohada que lanzó su hermana. En cuanto estuvo en el pasillo, sacó un pequeño móvil color rojo del que marcó rápidamente.

—"¿Qué demonios, Lena?"—la voz de Alexei la reconfortó—"¿No te he dicho que este número es solo para emergencias?"

—"Tienes que venir a América".

—"¿Para qué? ¿Qué me maten?"

—"Por Natalia...¡te necesita!"

A pesar de que mantenía con Natasha una promesa de no decirle nada a sus padres acerca de las nuevas misiones que se encontraban en aquel país, estaba dispuesta a romperla con tal de protegerla. Escuchó alrededor a los enfermeros, pero los fulminó con la mirada. Más les valía que no estuvieran espiandolas o se encargaría de que no quedara nada de ellos en la faz de la tierra.

—"¿Qué pasó con tu hermana?"

—"ISIS, una misión..."—bajó la voz—"Saben acerca de sus ojos"

Esas palabras fueron suficientes para que Alexei se tensara, viendo fijamente a Melina. Su compañera aún mantenía la mirada en la tableta electrónica que controlaba a los cerdos, pero la conocía muy bien, después de tantos años juntos sabía que lo estaba escuchando.

—"Terminaremos de arreglar unos asuntos, después de eso estaremos en América"—bramó—"Cuida a tu hermana".

Terminó la llamada antes de que pudiera decirle algo más, prefería no saber porque viajaría corriendo a América sin importarle que lo metieran preso. Se arrepentiría por el resto de su vida de haberlas dejado solas en manos de Dreykov, pero aquello no volvería a pasar.

—Adivino, la necia de Natka no quiere venir—dijo Melina con los brazos cruzados.

—¿Acaso esperabas otra cosa?

De vuelta en el hospital de la base, Natasha se levantaba furtivamente de la cama. Era el momento de aprovechar, antes de que su hermana volviera y la amarrara con las sábanas, porque era capaz de hacerlo.

—¿En serio, Romanoff?—Clint se cruzó de brazos—¿Intentando salir por la ventana? Eso es bajo hasta para ti.

Natasha maldijo internamente al ver a su mejor amigo.

—¿Por qué no has vuelto a la granja?

—Laura me matará si se entera que dejé a nuestras dos mejores amigas desprotegidas.

—¡Estamos en el puñetero hospital de la Base de los Vengadores!—Natasha movió las manos desesperada—¡Aquí pueden protegernos mejor que nadie!

Clint se recargó contra la pared, levantando una ceja. Aunque Natasha no volvió a recostarse en la cama tuvo la decencia de alejarse de la ventana y sentarse.

—¿Y quién las protege de ustedes mismas?

Natasha rodó los ojos.

—Vamos, Barton. Ni siquiera tú eres capaz de creerte ese cuento.

Ser tus Ojos || ROMANOGERS || Lady Evans x AsterieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora