Al menos cien mil personas en el mundo caen bajo tierra a causa de sobredosis cada año. Incluso hay cifras que hablan de más de cuatrocientos mil. Y de aquellas cifras, hoy la madre de Hoseok sólo es una más en el mundo. Pero él siente que se ha caído una parte de su propio mundo encima.
Lo intentó todo durante largos años. Con dinero propio y con dinero ajeno. Pagando hospitales caros y centro de rehabilitación que no sirvieron de nada. Invirtió millones en alguien que jamás tomó una decisión. Lo intentó todo con iglesias de las cuales no se siente parte. Con terapias gratuitas y con medicamentos costosos. De verdad que sí. Hoseok lo intentó todo. Inclusive hubo una época en que Gim Nari vivió junto a él y Yeun en su propia casa. A regañadientes de ella, quien lo terminó recriminando y golpeando, porque su madre desapareció con dos televisores y una estufa, y jamás regresó.
Aunque el punto de inflexión, aquel que llevó a Hoseok a poner un ultimátum y decir «ya basta» fue cuando la encontró trabajando en la calle, sola, de noche, con poca ropa, perdida, sucia y malhadada, creyendo que él y Namjoon se trataban de un par de aquellos clientes ricos que pagaban bien. Y Hoseok le pagó bien. Le dio todo lo que llevaba en ese momento y le pidió que no volviera a acercarse a su casa.
Ni a su mujer.
Ni a su familia.
Ni a él, sobre todo a él.
Avergonzado de decir en voz alta los problemas que había causado en su casa, cuyos habían caído contra él, la despedida fue clara: «Desde hoy puedes dejar de considerarme tu hijo». No lo decía en serio, fue la rabia la que habló por él. Y la decepción de no ver un cambio inclusive después de todo lo ocurrido, también habló por él cuando la desconoció frente a Yoongi la última vez en que se vieron.
Y era la última vez.
Nunca creyó que sería la última vez.
Hoy es también una última vez.
Vuelve a verla junto a una enfermera y un médico a sus costados comentando las causas de su deceso, y junto a Min Yoongi aferrado a su mano derecha para darle una contención silenciosa que todos aceptan que necesita menos él mismo.
Gim Nari luce tranquila aun si su semblante está demacrado y con un aspecto de no haberse alimentado en semanas. Luce tranquila aun si Hoseok sabe que ella a pesar de todo no quería ni merecería morir así. Él sólo puede hacer algo por ella hoy, y eso es permitirse lágrimas de despedida, susurros de lamento y un funeral que le otorgue dignidad a su cuerpo sin vida. ¿Y es que alguna vez su madre tuvo una vida real?
—Lamentamos su pérdida, señor Jung —dice la enfermera—. Le daremos unos minutos antes de iniciar el trámite para el sepulcro.
—Gracias —murmura Hoseok.
En ausencia de la mujer y quedando sólo junto a Yoongi, Hoseok se sienta en la camilla junto al cuerpo inerte de su madre y toma una de sus frías manos.
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Dulces de humo ✎ yoonseok.
Fanfic✎ : ❝ Jung Hoseok es un trabajador social dedicado a los niños que sufrieron la misma suerte que él: el abandono y la desesperanza. Su pasado es un lienzo roto y mal pintado desde donde una mínima pieza deja de encajar para desmoronar todos sus anh...