Uxoricidio

98 8 1
                                    


Si no hay justicia
créala tú
--------

Veinticinco años atrás, un pequeño llamado Augustus tenía una madre con moretones y un padre en borrachera permanente.

Vivían en una casa tapizada de gritos. En la mesa había un jarrón con flores que siempre se cambiaban después de una paliza. El pequeño jugaba en el patio, tratando de ignorar el sonido de los cristales reventándose en el interior de su hogar. De noche, su madre lo abrazaba fuertemente, lo besaba, y siempre le deja a em la frente rastros de lágrimas o de sangre. Su madre parecía adicta a las disculpas y a las palabras endulzadas. "Te aseguró que esta fue la última vez", decía su padre. Y entonces todo recupera su color, había besos amorosos, caricias en la mejilla y flores nuevas en la mesa.

Sin embrago, una tarde finalmente fue la tan esperada ultima vez. Refugiado en un pequeño cuarto, Augustus escucho las patadas y reclamos, los cuales duraron más de lo normal. El odio hizo estallar la habitación de al lado, donde su madre y padre tenían una batalla con desventaja para ella.

Los golpes cesaron, y enseguida hizo aparición un sonido más agudo y perturbador: el llanto de su padre.

El hombre le exigía a su esposa que recuperara el pulso. Le pedía que volviera a la vida, pero irónicamente, esa fue la primera orden que ella desobedeció.

El hombre se olvidó de Augustus, y en un concierto de acongojados gemidos, besó el rostro hinchado de su mujer antes de meterse un arma en la boca.

El rugido de un disparo ahuyentó a algunos cuervos curioso.

"¿Por que no te quedaste conmigo? ¿Por que no lo dejaste después del primer golpe? ¿Quien me resguardará del invierno? ¿Quien me prestará su cuello para llorar? ¿Por que te vas si tus nuevas flores aún no se han secado?".

Y quizás por rabia, Augustus llegó a la conclusión de que su madre no tenía el poder de alejarse de un hombre como su padre... se convenció a sí mismo de que ninguna mujer podía.

*

Hoy en día, u tipo llamado Alex golpea a su joven esposa. Esta noche en particular, le ha estrellado una sartén en la nuca. Una niña lora oculta en el armario mientras el cabello de su madre sigue mojado de sangre. Los gritos y reclamos de Alex aterrizan sobre la mujer tirada en el suelo. Desde ahí, ella sigue siendo agradecida violentamente. Hasta que de pronto, algo cambia. Y la luna no sabe si para bien o para mal.

Ella escucha los puñetazos y patadas de su marido, pero curiosamente, ya no es su cuerpo el que los recibe. El tiempo hizo una parada breve y la sangre en su oído le ha robado los sonidos. Con poco fuerza y su mundo temblando, le mujer gira la cabeza buscando el rostro de Alex.

Entonces observa a dos him de peleando: uno de ellos es su esposo, el otro es un hombre tosco, corpulento, vestido de negro, y con una mascara que se asemeja al rostro de una mujer. A pesar de todo, trata de levantarse para defender a su marido, pero sus heridas se lo impiden. Un par de puños colosales se estrellan en la piel de Alex hasta que este deja de moverse. El hombre con la mascara de mujer sigue golpeando el cada por inercia, como si quisiera sacarle más jugo a una naranja que ya está completamente seca.

Suelta el cuerpo de Alex y emite un alarido que parece el llanto de una bestia. La luna lo escucha y se cubre los oídos.

*

Unas horas más tarde, en un punto aislado de la carretera, Gus se quita la mascara para tomarse una cerveza. Se masajea los nudillos mientras derrama pensamientos: la mujer va a detestarme, intentará perseguirme incluso, pero al menos La Niña crecerá segura al lado de su madre.

Se acaba la cerveza y hace algunas cuentas: este es el noveno hombre al que asesinan, y aún no se siente satisfecho...

-----
Seré juez
y verdugo

Pérdida |toh| |siblingau|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora