addicted

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Hoy era una de esas noches, esas en las que a Sylver se le hacía imposible dormir. Estaba acostumbrada, le había ocurrido más de una vez. Eran al rededor de las 4 de la mañana. Decide escribir, siempre fue su mejor vía de escape.

Se levanta de la cama y va hacia su escritorio. Observa su colección de cuadernos. Dependiendo de su estado de ánimo escribe sobre diferentes temas y tiene un cuaderno para cada momento. Últimamente su cabeza estaba muy enfocada en algo. En alguien, más bien.

La pelirroja era nueva en todo lo que le estaba ocurriendo. Ese hombre despertaba sensaciones en ella indescriptibles, sensaciones que hasta el momento solo había leído en cualquiera de sus libros de romance, y ahora las estaba experimentando en su propia piel. Curiosidad enfermiza era lo que le provocaba Sebas. Sylver quería profundizar, desnudarlo tanto mental como físicamente para descubrir y explorar cada una de sus facetas.

Iba a escribir sobre él.

No sería la primera vez que escribía sus fantasías, sus deseos más prohibidos. Con suerte, tantearía con el destino de sus palabras. Cogió sus auriculares y puso música. Ya con el cuaderno, se vuelve a tumbar en la cama. Cierra los ojos y deja su mente funcionar. Evalúa situaciones y momentos en su imaginación, después de un rato, comienza a escribir.

" Los finos rayos de luz que se colaban por las rendijas de la cortina eran la única iluminación. Ambos estábamos tumbados en mi cama. Sebas me besaba apasionadamente haciendo que mi respiración fallase. Cada caricia, cada beso, cada movimiento que hacía me volvía loca. Exploraba mi cuerpo expertamente, tocando todos aquellos puntos que me hacían temblar de placer.

Deslicé mis dedos por su trabajado abdomen y por sus pectorales, sin romper el beso. De vez en cuando, me miraba fijamente disfrutando de mis expresiones, su mirada estaba oscurecida, después de escasos segundos volvía a lanzarse a mi boca.

Éramos un lio de jadeos y respiraciones ansiosas. Le agarraba de la nuca intentando profundizar aún más el beso. Necesitaba más, necesitaba sentirlo. Se había vuelto mi adición, no podía controlarlo. Ágilmente me escabullí para tumbarle en la cama y conseguir el control poniéndome encima. Comencé a depositar besos y mordidas por cada centímetro de su piel.

Deje de besarle para mirarlo, y estiré el brazo hacia mi mesilla de noche. Cogí el chupachups que estaba encima de ella. Le observé con una sonrisa juguetona enseñándole lo que tenía. Él me miró curioso y sonriente. Comencé a retirar el envoltorio y me lo puse en la boca. Lo retiré y me lancé a sus labios. Continué besándolo mientras deslizaba el caramelo por su cuello. 

Bajé mis besos por todo el territorio saboreando el caramelo a su vez que la cálida piel. Sebas dejo escapar un suave gruñido de sus labios.

- Eres una golosa, caramelito - dijo respirando entrecortadamente.

- Golosa de mi senpai - respondí en un susurro encima de su piel.

Él me seguía tocando, se deshizo de mi sujetador y acto seguido bajé y le comencé a desabrocharle el cinturón y los pantalones. Rápidamente si entender muy bien como los dos acabamos en ropa interior. Él continuaba acariciando y besando mi cuerpo. Sentía que explotaba, todo con el era tan intenso que me sentía desfallecer.

Nos deshicimos de las escasas telas que cubrían nuestros cuerpo. Poco a poco comencé a manejar la situación mientras dejaba rastros rojizos por su cuello y sus clavículas. El ritmo fue acelerando hasta que Sebas pareció enloquecer y me agarró por la cintura para tumbarme. Continuamos moviéndonos cada vez con mas velocidad. Él deslizo su mano por mi cuerpo mientras yo continuaba besando su cuello.

Momentos después ambos explotamos en una ola de placer que nos dejó exhaustos. Cayendo uno encima de otro dormimos toda la noche."

Entre párrafo y párrafo se le hicieron las 5:43am. Ya tenía un poco más de sueño que antes, aunque escribir ese relato había provocado una inquietante sensación en su estómago. Decidió no hacerle mucho caso. Dejó el cuaderno en la mesa y se tumbó en la cama con intención de dormir mientras su imaginación creaba infinitos escenarios.

Estaba apunto de cerrar los ojos para por fin descansar.

"Buenos días a ti tambien, caramelito" la voz ronca resono en su cabeza lo que hizo que se incorporara nerviosa.

"¿Qu-Qué quieres pesado?" habló telepáticamente.

" Piensa muy alto Señorita Arialdi"

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⏰ Última actualización: May 05, 2022 ⏰

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