Capitulo 7

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—Hora de levantarse, Mack —me digo a mí misma para ir al colegio.

He quedado con las chicas para encontrarnos en el colegió, así que el día de hoy debo tomar el trasporte escolar.

ꨄꨄꨄꨄꨄ.

Al llegar al colegio, me dirijo directo al salón de clases antes de que se haga más tarde. Al momento de entrar, echo un vistazo a mi lugar y lamentablemente allá se encuentra, Patricio, quien se está completamente distraído en su teléfono, así que sin más, me acerco a mi lugar y tomo asiento. 

—Clase, guarden los teléfonos —nos dice, la señorita James mientras entra al salón.

Luego de unos minutos nos puso algunas preguntas de las cuales vamos a buscar sus respuesta en los libros.
Al terminar de resolverlas, cierro el libro junto con el cuaderno.

—¿Alguien que quiera llenar la primera pregunta? –pregunta, la señorita James.

—¡Yo! —respondo alzando la mano, logrando captar la atención de todos.

—Adelante, Mack. 

Cuando me voy a levantar de la silla, siento que no puedo ya que algo al parecer me tiene aferrada a ella. Trato de levantarme un poco y efectivamente mi culo se encuentra pegado a la silla.

—Mack, ¿vas a venir? —me pregunta la señorita James mientras todos tienen los ojos puestos en mí.

—No, mejor me voy a quedar aquí, Disculpe —respondo sonrojada.

—¿Te sientes bien? —pregunta ella.

—Sí, me siento muy bien —respondo un poco apenada por el mal momento que me encuentro pasando.

—Bueno —duda un momento antes de continuar—... ¿A alguien más le interesa pasar al pisaron? —pregunta nuevamente captando la atención de todos, o bueno, de casi todos.

Al mirar a mi derecha, contemplo la cara de Patricio, quien se encuentra con una sonrisa orgullosa entre sus labios.

¡Fue él!, seguramente llegó más temprano para hacerme pasar este mal rato utilizando algún tipo de pegamento para que al momento de sentarme me quedara pegada en la silla.

Espero a que pasen algunos minutos para que la clase termine y cuando por fin llega ese momento decido confrontarlo.

—Se que fuiste tú —le digo aún sentada en la silla, pero con el frente hacía él mientras todos salen del salón.

—¡¿Yo?! —pregunta haciéndose el indignado.

—Sí. Tú fuiste quien me dejo pegada en la silla usando algún tipo de pegamento —respondo enojada.

—Bueno, si es así para que negarlo —responde mientras se levanta de su lugar y agita el pegamento entre sus manos.

—Eres un idiota, no sabes cuanto te odio. Te juro que te voy a matar —digo aún más enojada.

—No tengo ni la menor duda de eso, pero mientras tanto trata de despegar tu culo de esa silla —responde antes de alejarse.

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