Como dijo que se quedaría, Baimon fue al condominio de North. Le contó esto a su mejor amigo, y Tiw respondió simplemente: "Bien, así podré llevar a un chico a la habitación sin problema." No sabía si lo decía en serio o en broma, pero Baimon pensó que si era verdad... pues, estaba bien que no se quedara en la residencia esa noche.
Después de cenar juntos en el centro comercial, North lo llevó a un mercado famoso para comprar algunos snacks. No llegaron al condominio hasta las 8 p.m. Northa le pidió al pequeño conejito que se bañara primero y no olvidó darle un pijama, que era el mismo que la vez anterior, aunque esta vez North añadió una prenda interior oscura.
—Este es nuevo, recién lo saqué del paquete. Lo compré para ti, Mon.
—¿Para mí?
— Sí, lo compré por si acaso... como ahora —el hombre alto inclinó su rostro hasta que sus caras quedaron a la misma altura, esbozó una sonrisa traviesa y dijo: —Es bueno que recuerde la medida de tus caderas y tu trasero.
—¡North! —Baimon se quejó y corrió, avergonzado, al baño con la ropa en brazos, dejando al bromista riéndose solo por un buen rato. Después de un rato, Baimon salió con el revelador pijama, igual que la vez anterior... pero no llevaba ropa interior.
North contuvo la respiración.
—¿Por qué no usaste la ropa interior que te di?
—Yo... la dejé caer por accidente y se mojó —la cara retorcida del pequeño conejito hizo que North sintiera tanto ternura como diversión.
—Solo tenía esa prenda, así que esta noche Mon tendrá que dormir así.
—Ah... está bien, fue mi error.
—No te preocupes, no pongas esa cara triste No lo hiciste a propósito —dijo mientras revolvía el cabello del adorable Mon antes de ir a bañarse.
—Voy a ducharme primero, si tienes sueño, puedes dormirte antes.
—Está bien.
North entró al baño y comenzó a lavarse, pensando si el destino estaba de su lado hoy. La vez anterior pudo contenerse porque no quería que el pequeño conejito se sintiera incómodo, pero esta vez no creía poder soportarlo. Quería tocar a Baimon más de lo que cualquiera podría imaginar.
Su relación seguía indefinida porque Baimon aún no le había dado una respuesta. North estaba dispuesto a esperar, pero al pensar en la posibilidad de que en el futuro alguien más cortejara a su pequeño conejito, sintió que no debería seguir esperando. Debería resolverlo de una vez.
¡Así que hoy es el día!
Se quedó pensando en eso durante toda la ducha. Cuando terminó de vestirse y salió al dormitorio, se quedó paralizado porque... su conejito estaba acostado provocándolo.
El pantalón de dormir blanco se ceñía tanto al trasero suave de Baimon que North sintió el impulso de darle una nalgada. Quería regañarlo por no ser más cuidadoso, ya le había advertido que podría ser un lobo que devora conejitos, ¡pero aquí estaba el conejito provocándolo!
North se lanzó sobre la cama, sin dar tiempo al pequeño de reaccionar, cubriéndolo con su cuerpo sin dejar caer todo su peso por temor a que Baimon no lo soportara. El pequeño, que estaba jugando con su teléfono, gritó sorprendido y giró la cabeza para mirar al hombre que estaba sobre él con ojos muy abiertos.
—¡North!
—¿Por qué el pequeño conejito aún no está durmiendo?
—No estoy... no estoy cansado —respondió con voz temblorosa, porque podía sentir algo rozando su trasero, y no era tonto, sabía exactamente lo que era. Baimon sintió una ráfaga de calor recorrer su cuerpo.
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Más allá del amor, Mon [#เหนือคำว่ารักหม่อน ]
De Todo- Baimon- Por lo que ocurrió aquella noche, todo ha llegado tan lejos. - North - Atraparé al conejo y no lo dejaré escapar.