46. La rudeza de la humanidad

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No sé cuanto tiempo a pasado desde que me encerré en mi habitación, pero lo que si sé es que tendré muchos problemas con Arizona. Treinta y cuatro llamadas y todas las he ignorado.

Probablemente ya no queda agua en mi organismo, pues, he llorado como por tres horas seguidas.

Entonces, en eso, empecé a escuchar unos gritos desde la planta de abajo. Me levanté y abrí un poco la puerta para poder oír.

-Pero cómo se te ocurre decir eso. Me niego completamente-

-Carlos, por favor, entiende que tu hija no es normal. Ella debería estar hace mucho tiempo en rehabilitación y tú lo único que haces es dejar que haga lo que se le de la gana-

-¡Ambos sabemos que eso no es verdad! Te he apoyado en todo lo que haz decidido para ella pero ahora no pienso mandarla a un internado, ¿Estás loca?-

-Bueno... si ella no se va, me voy yo-

-¿Que estas diciendo, cómo que te vas a ir?-

-He tratado de cambiar mi pensamiento pero ya no puedo más. Si Callie no se va yo me voy a ir junto a Addison-

-¿Y ahora metes a mi otra hija? Estás perdiendo la cabeza. Si quieres irte, bien vete, pero no te llevarás a mi hija-

-Lo siento Carlos, pero tú te ganaste esto-

-Y, yo, ¿Sabes? No puedo pensar ahora, prefiero ir a dormir y arreglar esto cuando esté menos agotado-

-Bien, buenas noches-

Oh Dios, ahora ya no sé que pensar ni que hacer. Mañana se decidirá mi futuro, mi felicidad, mi vida...

Cerré la puerta silenciosamente y caminé hasta la cama.

Si me dejan en rehabilitación no podré ver a Arizona por varios meses, o tal vez años. Si mi padre se niega yo sería la mujer más feliz del mundo. Podría terminar el simestre con mis amigos y podré bailar en la graduación junto con Arizona.

Eso es lo único que pido...

Debo preparar a Arizona para cualquier cosa. No quiero que se entere cuando sea demasiado tarde.

Entonces, tomé mi teléfono y la llamé:

-¡Callie! Dios, por fin contestas, ¿Cómo estás?-

-Ari...- No pude evitar llorar al oír su voz. Esta podría ser la última vez que lo haga

-Cariño, ¿Estás bien, que a pasado?-

-Ari, m-m-mi madre quiere enviarme a rehabilitación-

-¿Qué, cómo así?-

-Yo... te amo Ari-

-Callie, no hagas esto, por favor- La voz de mi rubia cada vez se quebrabra más, y cada vez que la oía mi corazón se estrujaba

-Pase lo que pase prometo no olvidarte jamás. Eres el primer amor de mi vida y juraría que el último-

-Calliope, no...-

-Si me alejan de ti prométeme que buscarás la manera de ser feliz-

-Callie, basta- El llanto de Arizona cada vez se intensificaba más. Cerré mis ojos fuertemente y traté de concervar mis lágrimas.

-Mañana se decidirá todo. Seguramente, cuando vuelva de la escuela mis padres tendrán la respuesta-

-No sé que haré si te vas-

-Ser feliz, cariño. Brillar como una estrella y jamás apagar la hermosa sonrisa que tienes, porque creeme, es encantadora- Oí una pequeña risita al otro lado del teléfono -Ya es hora de dormir. Gracias por el regalo de hoy, es hermoso-

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora