"Fui un estúpido. No debí dejarte esa estúpida carta, fue muy egoísta de mi parte pedirte eso... Era un adolescente tonto, quise irme sin dejar rastro... Pe-Pero, no quería perderte, pensar en verte con alguien más, me paralizaba... Debí dejar que hicieras tu vida con alguien más, era lo correcto, podrías ser feliz con alguien que no fuera yo... Pero te até a una promesa estúpida, un acto egoísta de un niño estúpido. Yo... Yo no quise hacerte sufrir tanto... Pero ya no aguanto con la pena. Ahora tu has venido, no merezco que hayas venido a buscarme. Yo... Yo no... Yo no estaba listo para darte la cara todavía..."
Justin entonces escondió su cara entre sus manos, escuchando el silencio de la habitación, siendo testigo solo de los agitados latidos de su corazón frágil. No esperaba una respuesta de Aron, no esperaba nada de él, pero solo verlo, le traía a la mente lo mala persona que había sido, según él, no merecía ninguna palabra bonita del chico que aún era dueño de sus mejores sueños.
"No cambias, ¿Cierto? Mi novio me dejó una nota que decía que esperara por él. Pero me cansé de esperar, fue..., fue mucho tiempo de espera y me estaba impacientando."
"Tu... ¿Tu novio?"
"Sí, mi novio... Porque él no escribió en ningún lugar, con la pluma negra, que habíamos terminado, ¿o sí?"
"Tu aún..."
"Él es un niño muy llorón, puede ser caprichoso a veces, pero es la persona más alegre que he conocido en años, es una persona maravillosa. Tiene una melena de rizos muy abundante y unos ojos grandes, y una nariz roja y pequeña, y aunque se fue por mucho tiempo, no ha cambiado casi nada..."
Justin se quedó paralizado nuevamente ante las repentinas palabras del serio guitarrista. Aron sentía el pulso acelerado, y la brillante mirada de Justin no facilitaba su estado emocional, su control, porque lo único que quería hacer era abrazar a Justin, besarlo, e incluso volverlo a conocer, sabiendo que siempre habrían cosas que no cambiarían de él.
"¿Esperaste... por mí?..."
"Esperé demasiado por ti, Justin. Ya no podrás huir de mí."
Y Justin, ante esas palabras, sintió que en cualquier momento colapsaría, que tendría un ataque de pánico debido a su corazón acelerado. Pero Aron, ese idiota, se veía tan tranquilo, tan guapo, tan tontamente victorioso. Aron notó aquella preocupación en el rizado y no dudó en tomarlo entre sus brazos para darle el calor que el chico necesitaba.
Justin volvió a estallar en llanto, lágrimas que habían sido guardadas por años, lágrimas de pena y tristeza. No podía creer que Aron estuviese dispuesto aún a amarlo como antes, que no le culpara por sus penas, que a pesar de su desaparición, siempre esperó por él. Entonces volvió a ser egoísta, volvió a sentirse en la preparatoria, volvió a ver a Aron recostado en su casillero esperando para verlo.
Justin estaba feliz de que Aron fuese solo suyo, y al mismo tiempo se sentía culpable por haber acostumbrado a Aron a sus actos egoístas.
Pronto se sintió más calmado, Justin sentía sus ojos hinchados y su cuerpo pesado gracias a la fiebre, pero no quería apartarse del pecho de Aron, tenía miedo aún de mirarlo a la cara, de que éste le besara, de que los fuertes brazos del guitarrista dejaran su cuerpo solo.
Aron sintió pues la tranquilidad del menor, pero se vio intrigado por su quietud. Bajó un poco la mirada, apartó a Justin unos cuantos centímetros, y se fijó en que el chico no se veía tan bien como esperaba. Recordó la fiebre del menor, recordó la golpiza que había recibido, recordó lo mucho que había llorado: Justin debía estar agotado tanto física como mentalmente.
Entonces Aron aclaró su garganta, cargó a Justin de nuevo a la cama y le arropó con las esponjosas sábanas. Estar en un hotel con una gran cama, era tentador, sobre todo al tener a Justin tan vulnerable, tan sensible, tan débil frente a sus ojos. Pero su deseo de cuidar a Justin hasta que se sintiera bien era mucho más grande que el de aprovechar la situación y hacer lo que tanto había añorado.
Ya habría tiempo para esas cosas, para hablar, para tener citas, para ver los cambios en el otro. Aron no se sentía molesto, ni tenía ningún sentimiento negativo hacia Justin, porque solo verlo le devolvía calma, le alegraba, y quería estar así por siempre, pertenecer a la vida del rizado.
Cuando estemos listos, volveremos a decir "te amo".
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Guitarra Rizada
RomanceUn mensaje a medianoche que podría ser el más hermoso y doloroso inicio del fin. Escrita y cubierta de polvo desde el 2019