Capítulo 53

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R: Vale, tenemos un problema

V: ¿Que pasó Rafael?

R: Se nos acabó la gasolina

V: ¿Que? ¿Ahora que vamos a hacer?

R: Tranquila -tomándole la mano- ahorita hablo para que nos traigan y así regresamos

Rafael se levantó de donde estaba he hizo esa llamada, dijo que se tardarían un poco así que el se acercó a Valentina y le tomo la mano para llevarla a la sala

R: En un rato la traen, mientras vamos a disfrutar de lo que nos resta de día -abrazándola-

V: ¿Y si no nos encuentran?

R: Claro que nos van a encontrar amor, ellos saben dónde estamos, relájate

Rafael la acercó más a el, le dio un beso en los labios, estuvieron contemplando el cielo un rato hasta que llegaron por ellos, en lugar de mover todo el yate a ellos los llevaron al muelle y de ahí se fueron a su habitación donde sin dudarlo se demostraron cuanto se amaban.

Así pasaron esa semana completa, Rafael llevo a Valentina a varios lugares, estuvieron en la playa tomando el sol, fueron al centro de Puerto Vallarta y compraron algunas cosas, en fin, esa semana descansaron y se divirtieron como locos, ese día ellos ya estaban en el aeropuerto a punto de tomar su vuelo

R: ¿Te gustó este viaje?

V: Mucho, fue el mejor viaje de mi vida -sonriendole- gracias por esto

R: Nada de agradecerme, esto lo necesitábamos los dos, verás que todo va a estar bien mi amor -dandole un beso-

V: Eso espero -suspirando- tengo que hacerme a la idea de los cambios que va a ver en mi vida

R: Todo va a ser para estar bien, no tienes nada de que preocuparte -acariciandole la cara-

Justo cuando Valentina le iba a contestar anunciaron el vuelo así que se dirigieron a abordar, en el camino iban platicando de lo que querían hacer, Rafael tenía en mente sorprender a Vale ahora que había aceptado vivir con el asi que en cuanto llegarán a la ciudad iba a empezar a preparar todo. Cuando llegaron a la ciudad de dirigieron al departamento de Valentina para que recogiera alguna de sus cosas para quedarse unos días en la casa de Rafael, al llegar Valentina entro a su cuarto a preparar sus cosas mientras que el se quedó en la sala, fue entonces cuando el timbre sonó

R: ¿Si?

P: Disculpe, vine a dejarle esto a la señorita Valentina, se lo dejo su hermana

R: Está bien, muchas gracias

Rafael dudo un poco en abrir aquel sobre, al final optó por no hacerlo y lo dejo en la mesa, se dirigió al cuarto de Valentina para ver si necesitaba ayuda, el la encontró de espaldas a el acomodando su ropa, el se acercó y la abrazo por la cintura poniendo su cabeza en el hombro de ella

R: Cada día está más hermosa licenciada -dándole un beso- me encantas Valentina

V; Y tú a mi Rafa -dándole un beso- Escuché que tocaron el timbre, ¿Quién era?

R: El vigilante que vino a darte algo que te dejo Ximena

V: Ah okay -volteándose hacia el- ¿Nos vamos? Ya tengo todo listo

R: Vamos -sonriendole- ¿No vas a ver lo que te dejo Ximena?

V; No, bueno no por ahora, necesito mantenerme tranquila, entender de poco a poco el por qué de su actitud, me va a hacer bien estar separada un tiempo de ella

R: Está bien Vale, cualquier decisión que tomes yo te voy a apoyar -sonriendole- Bueno, vamos a mi depa y después vamos a comprar las cosas que nos hacen falta ¿Te parece?

V: Me parece

Los dos salieron del departamento, en realidad Valentina necesitaba separarse de todo aquello que le traían recuerdos y su departamento era uno de ellos, ahí mismo fue donde muchas veces se entregó a Camilo, donde el le prometió la luna, entre las paredes de su cuarto estaba grabado todas las veces que Ximena le prometió cuidarla, las veces que le mintió, sin embargo no todo era malo pues en ese mismo espacio conoció el amor, tocó el cielo junto con Rafael, ese hombre que llegó para enseñarle a amar, para cambiar su vida y unir los pedacitos rotos de su alma, ese hombre que llegó a demostrarle que el amor existe y es tan poderoso que es capaz de soportar miles de tormentas. Su nuevo comienzo era dejar todo lo malo atrás y guardar todos lo momentos lindo en su corazón, era empezar a conocerse y a cambiar todo eso que le hacía daño y todo eso solo sería posible con ayuda de Rafael.

Ellos llegaron al departamento de Rafael y dejaron sus cosas para después salir a algún supermercado a comprar las cosas que necesitaban, estuvieron un rato metiendo cosas hasta que tenían todo completo, ya estaban casi por pagar cuando Valentina recordó algo

V: ¡Ay se me olvidó agarrar el jabón para la ropa!,espérame aquí, ahorita vengo

R: Te acompaño amor

V: Tranquilo, espérame aquí no me tardo -sonriendole-

Rafael se salió de la fila para esperar a Valentina, por casualidad justo enfrente de la zona de cajas tenían la sección de bebés, como nunca en su vida le llamó la atención ver todo aquello, sentía una sensación tan extraña al ver las cosas que estaban ahí, observó uno de los pañaleros que ahí se encontraban y se imaginó a él junto a Vale con un pequeño bebé, sabía que era imposible que ella estuviera embarazada pero ¿Cómo sería un hijo de ellos? Sin duda el imaginarlo le emocionó, nunca había sido su sueño tener una familia, ¿Por qué ahora pensaba en eso? Tenía que quitarse esa idea de la cabeza pues en ese momento lo más importante era que Valentina estuviera bien.

El estaba sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Valentina llegó

V: Amor ¿Todo bien?

R: ¿Me hablabas? -volteandola a ver-

V: Si, te preguntaba que si todo bien

R: Ah si -nervioso- vamos a formarnos otra vez

Ellos así lo hicieron, después de salir del supermercado se dirigieron rumbo al departamento, por más que el trataba de dejar de pensar en los que sería tener un hijo con Valentina no lograba conseguirlo hasta que su celular sonó y sin ver quién era contestó

R: ¿Si?

¿?: ¿Ya no te acuerdas de mí?

Continuará....

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora