En este capítulo se narra una pelea que requiere cautela. Si no quieres leer la escena, desplázate hacia abajo hasta que veas este asterisco :***, y empieza a leer sin preocupaciones.
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No le des la espalda.
Ese era el único pensamiento que se repetía en mi mente mientras me daba un golpe en la mandíbula, que me hizo retroceder y tambalearme.
— ¿Te rindes ya? —me preguntó aquel hombre.
Me asestó un golpe directo a mi estómago, el cual conseguí apartarme a tiempo y provocando que él se enfadará más. Lanzó otro golpe a mi torso y otro a mi cara, pero logré esquivarlos antes de darle un golpe en medio del pecho y agacharme para sujetar su pierna y hacerle perder el equilibrio. Calló al suelo y me puse encima de él, conseguí darle un puñetazo en la cara, pero él forcejeó y acabé tumbado con el encima de mí y dándome otro puñetazo. Dejé que pensará que estaba ganando y sus golpes cada vez eran más flojos, así que aproveché para darle un golpe en la garganta y tosió con dolor.
Me levanté sintiendo como mi cuerpo pedía un descanso, pero no había terminado. No ganaría hasta que él estuviera en el suelo jadeando de dolor.
—Hijo de... —me insultó, pero la tos le atacó y se tuvo que encorvar un poco. Así que me acerqué de él y le agarré de la nuca, después le di con el puño en medio de la espalda y él cayó con estrepito en el suelo.
Pensé que el combate había terminado, pero el problema de acabar con uno de una banda es que sus compañeros tienen la opción de seguir con la pelea y, tristemente, eso fue lo que ocurrió.
Un hombre se abrió paso entre la gente y se quitó la camiseta, después me rodeo con dos metros de distancia separándonos y cuando mi antiguo contrincante se fue a recuperarse, el nuevo se abalanzó sobre mí. Me dio en tantos lados que pronto empecé a parecer un saco de boxeo, dejé que me pegara porque ni siquiera veía de donde me venían los golpes.
—Y te haces llamar leyenda —se burló y eso fue lo peor que pudo decir.
Me asestó otro puñetazo que esquivé y le golpeé, aproveché su fuerza contra él y con la poca energía que me quedaba y la adrenalina corriendo por mis venas, le hice un gancho de derecha y le hice caer para darle una patada.
—Me las pagarás —me amenazó e intentó levantarse del piso, pero cayó una vez más y un gemido lastimero brotó de sus labios. Me miró desde el suelo con rencor a la vez que yo empezaba a sentir el dolor por mis heridas, ya que la adrenalina del momento se estaba disipando.
No dije nada mientras veía como la gente le levantaba y abrían el circulo, tan solo escupí al suelo al notar un poco de sangre en mi boca por el puñetazo que impactó en mi cara al principio de la pelea.
***
Suspiré y me alejé de ellos para acercarme a la barra, donde pedí un trago al camarero y me miró en silencio y tranquilidad, aunque me hubiera visto pelear contra dos personas que si hubiera querido podría haberlas matado.
—Hola, guapo.
Me giré hacia Brenda, quien me dedicaba una de sus sonrisas. Llevaba su cabello rizado atado en una coleta y llevaba un vestido rojo que contrastaba con su piel oscura.
—Hola —dije con dificultad.
Cogí mi bebida y me tomé su contenido de un trago para que el ardor que recorría mi garganta fuera suficiente para eliminar el dolor de mis heridas.
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Nuestras heridas
Novela Juvenil✯PRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA NUESTRO ✿ Adriel fue a aquella fiesta por su amigo, pero nunca pensó que esa castaña se cruzaría en su camino. Ella tan solo quería divertirse, pero acabo conociendo a aquel que le pondría su mundo patas arriba. Había alg...