Jefe, déjese llevar

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Holaaa!! Al fin es lunes, así que ya está aquí el oneshot que prometí 😊

Hace como dos años que no saco un oneshot y estoy tan acostumbrada a los personajes de la historia principal que me ha costado bastante cambiar el chip (más teniendo en cuenta que son Cheng y Qiu y nunca he escrito nada de ellos fuera de "¿Por qué tú?"). Con esto quiero decir que hay algunas partes bastante OC, pero aun así creo que pueden ser disfrutables jdflksfjslkdfksdjfl

No os distraigo más, espero de todo corazón que os guste  ❤❤❤

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He Cheng dio un vistazo rápido al reloj de la pared. Sus enormes agujas marcaban las 18:14... 18:15 mucho después. Era invierno, así que el sol hacía una hora que había dejado de brillar y tras las ventanas de la empresa solo se reflejaba la deprimente oscuridad.

Llevaban apenas un cuarto de hora en la reunión, pero los minutos se hacían tan eternos que parecían haber transcurrido cinco horas.

Desde su asiento, la que era su encargada de ventas le enumeraba una serie de problemas respecto al nuevo proyecto que la empresa se traía entre manos. He Cheng la escuchaba con atención y trataba de retener lo que le estaba diciendo, pero sentía su cerebro al borde del colapso y se le estaba haciendo difícil.

- Señor, la estrategia acordaba arroja datos negativos. Se que llevamos meses ideándola, pero sugiero modificar algunos puntos importantes que está frenando nuestro índice de ventas.

Desde que el proyecto había salido a la luz, He Cheng solo conocía días de estrés y largas noches sin descanso en las que se levantaba a mitad de la madrugada, casi siempre asaltado por sueños desagradables. Toda esa ansiedad había acabado pasándole factura, tanto física como mentalmente, y joder, no podía más. Necesitaba un poco de descanso, apagar su cerebro durante varias horas para regresar con energías renovadas, pero estaba tan estresado que ni siquiera era capaz de desconectar.

- Bien, ¿consideras alguna solución?

La mujer asintió y expuso sus ideas. Cheng la escuchó y esperó pacientemente a que acabara. Intentó prestarle atención a todos los detalles para madurarlos después de una copa de whisky, de un cigarro o de caer en coma sobre la cama, lo que llegara antes; tres alternativas que eran una auténtica mierda, un parche temporal muy corto que de nada le servía realmente.

Ugh, no conseguía concentrarse y era frustrante. Aquella reunión no iba a llevar a nada, solo era una pérdida de tiempo para él y sus empleados.

Sentado a su lado, su mayor asesor y mano derecha observaba la escena de manera intermitente: pasaba sus ojos del rostro cansado de su jefe al tipo que hablaba. No decía nada, tan solo guardaba silencio respetando el turno de palabra bajo su rostro generalmente estoico.

La mujer terminó de hablar y varios de los asistentes alzaron la mano para comentar su punto de vista hacia la situación, así como otras formas que podían emplear para solucionar el problema general. A Cheng no le parecieron malas ideas, o al menos no se lo parecían al Cheng cuyo cerebro estaba a punto de explotar, así que prefirió detener la reunión antes de colapsar en mitad de la sala.

- Señoras, señores, vuestras soluciones son eficientes, pero necesito algo de tiempo para madurarlas. Disculpad las molestias, pero pospondremos esta reunión para mañana a las cinco.

Ninguno de los presentes argumentó nada en contra, al parecer ellos también estaban bastante cansados y querían irse a casa. La sesión se levantó y todos salieron ordenadamente de la sala, camino a sus respectivos despachos para recoger sus cosas y largarse. Qiu y Cheng también lo hicieron, con la diferencia de que el peliblanco fue al despacho de su jefe para ayudarlo con lo que quedaba de informes, facturas y demás papeleo que tenía desperdigado por la mesa.

Jefe, déjese llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora