Capítulo 1

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Fiestas, drogas, sexo, más fiestas, más drogas, más sexo...mi vida se basaba en eso, en divertirme. Era la capitana de las animadoras, todo el mundo quería ser mi amigo, las chicas me envidiaban y los chicos se morían por mi, hasta salí con el capitán de fútbol. Me encantaba vestirme y que todos voltearan a verme, maquillarme para verme el doble de hermosa y hacerme peinados que estilizaran mi rostro. 

Recuerdo como si hubiera sido hoy mismo, la última noche que pasé siendo esa chica. Era el cumpleaños de Andy, mi novio, estaba todo el instituto en su casa, la música estaba  a tope, la multitud no me permitía caminar por la casa con facilidad. Con unos cuantos empujones pude hacerme espacio e ir al principio de las grandes escaleras, hacia tiempo que estaba buscando a mi novio y no lo encontraba, tenía miedo, ya que no era la primera vez que le perdonaba una infidelidad. Luego de buscarlo por una hora, me encaminé a su cuarto, estaba tan cansada que se me antojo acostarme un rato. Al entrar la luz que entraba por la ventana me permitió algo de luz en aquella oscura habitación, pese a todos los momentos vivido en esa habitación se sentía tan fría y triste. Me acosté en la gran cama de Andy y cerré los ojos, esa noche había bebido bastante por lo que no me costó conciliar el sueño.

Me desperté con unas caricias por mi abdomen, por un momento pensé que era Andy pero el roce de su mano, no parecía ser de él, lo que  me desconcertó por un momento.

- ¿Andy?.- dije medio dormida aun.

El roce paró, pero Andy aun no decía nada, en eso empezó a manosearme las tetas, él no era así. Me incorporé rápido en la cama y encendí la luz.

- ¿Quién...?.- no era Andy. La persona que se había metido en la cama donde yo dormía  y me había estado tocando no era Andy, era su padre.

El nudo en la garganta no tardó en llegar, fui a levantarme pero no me dejó, las cosas se tornaron algo agresivas.

- ¿Por qué te haces la sorprendida? siempre provocándome zorra.- Estaba ebrio, pero eso no justificaba nada de sus asquerosos actos.

- Estas loco, maldito enfermo.- en eso intenté nuevamente irme pero no me lo permitió, me agarró violentamente la mano y puso gran parte de su peso en inmovilizar el mío.

No era tonta, sabía lo que pasaría, lo que iba a pasarme. Intenté mantener la calma y no hacerle saber que tenía miedo.

- Si me tocas, te denunciaré maldito pervertido.- dije lo más calmada que podía.

- ¿Crees que alguien te creerá? no seas ridícula.- su agarre por un momento aflojó y no perdí la oportunidad de meterle un puño en la nariz con toda la fuerza que pude sacar. Lo empujé lejos de mi cuando me soltó para agarrarse su ahora nariz ensangrentada y corrí hacia la puerta, luego de quitarle el seguro, corrí de allí. Bajé las escaleras lo rápido que podía ya que no paraban de temblarme las piernas. Busqué a mi mejor amiga Alisson y la encontré  a lo lejos encima de una mesa. Cuando estuve lo suficientemente cerca de ella, tiré de su mano.

- Ey, Ella, ven baila conmigo. Es mi jodida mejor amiga.- les decía a los chicos que estaban babeando con su cuerpo.

- Ali, es serio, baja y vámonos.- al principio me miró como si estuviera loca, pero algo en sus ojos cambió luego de un rato y se bajó sin decir nada más. Tiró de mí y salimos de la casa. 

El viento me revolvió el pelo e hizo que fuera consciente de lo que acababa de pasar. Caí de rodillas al suelo y las lágrimas no tardaron en salir. Ali se arrodilló a mi lado preocupada.

- ¿Ese cabrón, otra vez? te juro que lo mato.- hizo el amago de levantarse pero se lo impedí.

- Su padre..- dije entre llantos.

La ausencia de lo que fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora