Seven Tears ~Hetstaine~

Capítulo 5

// Advierto que en este capítulo se tocan temas como las autolesiones y el suicidio. Todo lo aquí mencionado no va con la intención de ofender a nadie, ni afectar de ninguna manera; los escritos aquí plasmados son únicamente ficción. //  Recomiendo leer el capítulo con la canción que puse en la multimedia de fondo para más profundidad <3 //

La madrugada del quince de octubre, James caminó con total desgano hasta el cuarto de baño de su habitación, apenas podía divisar los pocos muebles por entre la oscuridad y las lágrimas que empañaban sus ojos, llenándolos de un ardor al que ya estaba familiarizado. Sus pasos lentos apenas eran persuadidos por los sonidos de la noche, que parecían susurrar su nombre entre advertencias claras ante lo que planeaba hacer. Por su mente rondaban demasiadas cosas; todas esas sensaciones que lo habían atormentado a lo largo de los días lo habían consumido, carcomiéndolo por dentro como animales carroñeros en busca de alimento. Lo haría, finalmente iba a sucumbir a todos esos tormentos.

A tientas buscó la manija de la puerta del baño, al divisarla se adentró torpemente al cuarto, sintiendo el frío de la soledad invadirlo, incentivando todas esas ideas que paseaban por su adolorida cabeza. Como pudo encendió la luz y la habitación se iluminó parcialmente, pareciendo señalar la llamativa tina de baño, de un porcelana blanca y brillante. Una sonrisa apareció en el rostro del rubio, quizá nunca descifraría si la escalofriante risa que emanó de su garganta fue producto del estado de ebriedad en el que se encontraba o del nerviosismo al que esa situación lo sometía. Tal vez la respuesta sería: ambos.

—¿Qué mierda estoy haciendo? —susurró, pero la voz que percibió no parecía la suya, era más bien una reprimenda por parte de algo que no se encontraba del todo con él. Quizás era una advertencia del destino, o alguna de esas basuras en las que no creía—, ¿qué más da?

Se acercó al espejo del lavabo y se observó allí por unos segundos que le parecieron eternos, había sido como si el tiempo se detuviera por un instante; su mente quedó en blanco, sus cansados ojos no eran los mismos que había visto miles de veces en el pasado, no, ahora en ellos se reflejaba la sombra de la tristeza, acompañado de una soledad incomprendida y un corazón destrozado que había pasado por mucho a lo largo de su vida. Ahí, mientras observaba su reflejo, carente de sentimientos positivos, decidió que las ideas que pasaban por su cabeza no eran muy lejanas a lo que de verdad sucedería esa noche, pues enserio podía ser la salida a los millones de tormentos que había sufrido.

Quizás debió hablarlo con alguien antes de tomar dicha decisión, pero su desesperación era tanta que nublaba su juicio. Debía conservar esa imagen de chico rudo y carente de sentimientos que suponía ser el cantante de Metallica... en ese momento de intimidad consigo mismo, James no creía poder soportar todo eso sin apoyo alguno, sin gritar sus tormentos de la manera más desgarradora y lastimera, porque así se sentía por dentro, totalmente desgarrado y lastimado.

Inconscientemente, una lágrima se derramó de sus ojos y escurrió por su mejilla, empapándola de todo ese sufrimiento que pronto se intensificó. Oh, el muchacho estaba tan asustado... tan solo... lastimado. Su pobre corazón parecía no dar para más.

La habitación ahora era su confidente, pues guardaría sus secretos y pesares más profundos aun después de su muerte. Estaba resignado, había reflexionado sobre el destino que le esperaba durante días —quizá hasta meses— y había llegado a una conclusión que no podía implicar ningún tipo de arrepentimiento por su parte, debía afrontar su pronto final si es que quería acabar con todo aquello que había perturbado su paz.

James apretó sus puños y bajó la cabeza con completa impotencia, dejando que sus lágrimas impactaran contra la porcelana del lavabo. De manera brusca, el muchacho se dio la vuelta y caminó con decisión hasta la tina de baño, se agachó y abrió la llave del agua, de inmediato el sonido del líquido al caer llenó la habitación. Sin más, salió del baño y se encaminó a su cama, tomó asiento en el borde y agarró el auricular del teléfono.