Octavo capítulo

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Sana's pov:

Lloré en silencio después de que Tzuyu se quedó dormida a mi lado. Esa noche no me abrazó, pero sí me volvió a dejar temblando con las marcas de sus dedos en mis manos y en mis hombros. Una vez escuché a alguien decir que el amor se daba a base de sacrificios, que se podía alcanzar plenamente una buena relación si se soportaban algunas cosas difíciles, yo me he preguntado si son estas las cosas difíciles o simplemente el amor que Tzuyu demuestra es de esta forma. Cuando me pidió que vivieramos juntas me prometió que seríamos muy felices, que ella trabajaría duro para que viajaramos por todo el mundo y que haría de todo para que a mi no me faltara nada, al menos lo último se lo recalcó de más a mi mamá quien terminó por aceptar. Cuando dije que el amor de Tzuyu y el mío era igual al de mis padres me refería también a que mi padre fue un hombre igual de iracundo que ella, a veces llegaba tirando todo a su paso y le daba una que otra cachetada a mi madre pero al final volvían a estar bien, yo siempre creí que era algo que estaba en todas las relaciones y que esto pase en la mía es tan normal como lo fue en la de mis padres. Ahora ellos están separados pero yo estoy segura de que ese no será el caso de mi relación. Si tenía que sacrificarme de esta manera para que Tzuyu me amara, yo estaría bien...Los golpes se irían con el tiempo y el sexo sería algo que al final disfrutaría más.

Cuando hacíamos el amor pensé en lo que me dijo Sunny, tal vez un hijo alegre a Tzuyu y deje el estrés que carga. ¿No sería lindo? Una familia, yo cuidando a nuestro pequeño bebé mientras ella trabaja feliz de poder tenernos.

De solo pensarlo el corazón amenaza de salirse de mi caja toráxica. Amarla no era suficiente en ese punto y yo lo sabía.

Caminé hacia el baño de la habitación y allí miré mi rostro, suspiré y despues me concentré en mi plano vientre, imaginandome un bebé allí lo acaricié sintiendo mi piel erizarse. Sentía que tenía una nueva esperanza...Algo con lo que demostraría que el amor verdadero existía entre ella y yo, que había una trascendencia entre la violencia y el amor.

Tal vez eran simples fantasías pero estaba bien vivirlas cuando no podía con el dolor que cargaba mi alma.

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