✏ Capítulo 9 ✉

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Estaba garabateando en mi cuaderno mientras The Crooked Brookes sonaban a todo volumen en mis auriculares.

No podía esperar a escribir a mi amiga al día siguiente y decirle lo increíble que era esa música.

La canción era de una sinceridad brutal, impenitente y muy pero que muy depresiva.

Sin embargo, por alguna razón, me
inspiraba.

Una canción sobre secretos se abría paso retorciéndose por mi mente y se liberaba a través de mi bolígrafo.

Si te cuento mis secretos, ¿tú me mentirás?
Si digo que te creo, ¿todo se arreglará?
Es difícil confiar en alguien nuevo, pero eso no quiere decir...

Unos golpecitos en mi espalda cortaron el hilo de mis pensamientos.

Me volví y vi a mi hermano Yugyeom junto a mi cama.

Apagué la música.

— Hola, Cosa Dos. ¿Qué pasa?

— ¿Me lees un libro?

Ya tenía uno en las manos.

— Sabes leer.

— Me gusta cuando lees tú.

El cuaderno me suplicaba que continuase, me rogaba desde mi almohada.

— Claro, niño —dije— Sube.

Cerré el cuaderno y Yugyeom se subió sonriendo a la cama.

Me dio el primer tomo de Harry Potter.

— Haz las voces también.

— Qué exigente.

Llevaba leyendo veinte minutos cuando él empezó a distraerse.

Le dio un toque con el dedo al artículo del periódico sobre el concurso de canciones perfectamente recortado que había colgado en la pared.

— ¿Qué es eso?

— Mis sueños, nada más... Como siempre.

— Soñar es algo divertido —dijo Yugyeom— Anoche soñé con dinosaurios. ¿Con qué has soñado tú?

Mi mirada se clavó como una flecha en el cuaderno, abandonado sobre mi almohada, y luego volvió a mi hermano.

— He soñado con un principito llamado Yugyeom que tenía tres hermanos mayores que siempre le daban todo lo que quería porque era el principito más consentido del reino.

Él hizo un puchero.

— No lo soy.

— No estaba hablando de ti. Hablaba del príncipe Yugyeom de mi sueño. ¿Es que te crees que todo el mundo habla siempre de ti?

— Sí.

Le hice cosquillas.

— Buenas noches, príncipe Yugyeom.

— Creía que era Cosa Dos.

— Solo lo eres cuando te portas mal.

Lo empujé suavemente con los pies para que se bajara de la cama.

— Hablando de males, ¿cómo anda ese conejo tuyo?

— Mamá no deja que duerma en mi cama.

— Mamá toma buenas decisiones, a veces. ¿Le has puesto nombre?

— Bugs Conejo.

— Querrás decir Bugs Bunny.

Apretó levemente los labios.

✔ ✏ 𝓟𝓓. 𝙼𝚎 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚜 「TK」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora