Cuando SeokJin me dijo que hablaríamos luego, no me imaginé que quería decir que estaría esa misma noche en el porche de mi casa, con un chico a cada lado.
Después de llevar a mis hermanos a pedir caramelos, me había cambiado de ropa y me había puesto unos pantalones de pijama de franela y una camiseta.
Estaba sentado en el sofá con un bowl enorme de caramelos sobre mi regazo, por si pasaba alguien a pedir.
Sin embargo, cuando llamaron a la puerta y abrí, no encontré a ningún niño disfrazado.
Sujeté con fuerza el tazón de caramelos al mirar fijamente a mi mejor amigo.
Se me quedó la cara de pez que ponía a veces cuando no me salían las palabras.
— Hola —dijo, ignorando mi expresión.
Se ajustó las orejas de gato que llevaba en la cabeza.
— Truco o trato. ¿Podemos pasar?
— Yo...
SeokJin pescó un tubo de menta de mi bowl, me echó a un lado y pasó arrastrando a NamJoon de un brazo y al otro chico, cuyo pelo lacio y cuerpo larguirucho me resultaban ligeramente familiares, de otro.
— Claro, entren —dije sin convicción alguna, y dejé el bowl de caramelos en la mesa del vestíbulo.
Los tres se quitaron los zapatos en el borde de baldosas de la entrada.
— Ah, no tienen que quitarse los zapatos. El piso ya está hecha un asco.
Cerré la puerta.
Se quedaron descalzos.
— Vale. Dejen que me... Eh... Ponga un pantalón.
Mis hermanos, que habían oído el timbre, vinieron corriendo desde el cuarto de la televisión con el bowl de palomitas que les había hecho.
Iban dejando un rastro blanco tras de sí a medida que se les caían por los bordes.
— Vayan a ver la peli, cosas. Ahora mismo vuelvo.
Me metí rápidamente en el baño, me pasé los dedos por mis entonces alocadas ondas con la esperanza de poder alisarlas y me apliqué un poco de brillo de labios.
Luego fui a mi cuarto y me puse enseguida unos vaqueros y la primera camisa decente que encontré, la cual era de un pálido color mostaza con pajaritos.
Cuando volví al salón, SeokJin y los chicos estaban sentados en el sofá, junto a varios montones de ropa doblada.
Mis hermanos se las habían arreglado para sacar al conejo de la jaula y lo habían dejado suelto por el suelo.
Iba dando saltitos y olisqueando el rastro de palomitas.
— ¿Desde cuándo tienes un conejo? —me preguntó Jin.
Yo también tenía preguntas para él, como qué estaba pasando y por qué no me había avisado.
— Eh... Desde la semana pasada. Creo.
Amontoné las prendas y las metí de golpe en la cesta de la ropa limpia que estaba en el suelo.
— Hola, soy JungKook —le dije al desconocido antes de que fuera demasiado tarde para presentarnos.
— Jong-In, solo dime Kai —dijo el chico— Íbamos juntos a matemáticas el año pasado.
Lo miré otra vez, más de cerca, en ese nuevo contexto.
Claro que lo conocía:
Íbamos a la misma clase de matemáticas en segundo.
Mi cerebro no lo había procesado al pensar que era amigo de NamJoon hyung.
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✔ ✏ 𝓟𝓓. 𝙼𝚎 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚜 「TK」
Rastgele-: ✧ :-゜・. • • • -: ✧ :-゜・. Para distraerse en clase de Química, Jeon JungKook escribe en la mesa un fragmento de la letra de una de sus canciones favoritas. Al día siguiente, descubre que alguien escribió la continuación de la letra de la canción...