Había ido a todas partes:
A casa de Tae, al campo de béisbol de los niños en el parque, a la hamburguesería, a todos los restaurantes de comida rápida en los que lo había visto alguna vez, a otros en los que nunca lo había visto...
No estaba por ningún lado.
Ahora simplemente daba vueltas con el coche, buscándolo.
Porque era evidente que estaba en algún sitio, y me mataba pensar que, al parecer, no lo conocía tan bien como para saber dónde se encontraba ese sitio.
Las clases habían acabado hacía mucho.
Yo le había mandado un mensaje a mi hermano para que no fuera a recogerme.
¿Habría vuelto al instituto para entrenar?
¿Se habría ido a algún sitio para pensar?
Me fui a casa.
A lo mejor estaba allí; mi casa le gustaba.
Su coche no estaba frente a la casa cuando llegué, pero de todas maneras miré en todas las habitaciones y en el jardín trasero.
No estaba allí.
No sabía por qué había pensado que vendría corriendo a buscarme cuando era bastante obvio que era de mí de quien estaba huyendo.
Dejé las llaves de SeokJin en el suelo de mi habitación y me derrumbé sobre la cama, sin saber muy bien qué hacer.
¿Esperaba simplemente a que me mandara algún mensaje?
Sentía que ya habíamos esperado lo suficiente en lo que a nosotros respectaba y no estaba seguro de que pudiéramos sobrevivir a otra sesión de espera.
La cabeza de SooBin apareció por el resquicio de la puerta.
— Hola.
— Buenas.
— ¿Puedo hablar contigo? —dió un pasito hacia el interior de la habitación, pero se quedó en la puerta.
— Claro, entra.
Le dejé un hueco en la cama, aún tumbado bocarriba, y di unos golpecitos a mi lado.
Mi hermano se acercó a mí, se tumbó a mi lado y miró al techo.
Como no decía nada, pregunté:
— ¿Qué pasa?
— Espero que no me odies.
Me incorporé sobre el codo, preocupada.
— No te odio. ¿Qué pasa?
No podía mirarme.
Estaba observando el techo como si no fuera solo una superficie vacía y blanca.
Como si de verdad estuviera diciéndole algo.
Juzgándolo.
Al fin, lo escupió:
— Fui yo quien te rompió la guitarra. Lo siento.
Suspiré y me dejé caer de nuevo.
— Ahora me odias.
— No, no te odio. Nunca podría odiarte. Estoy cansado. Es solo que he tenido un día muy largo.
— ¿No estás enfadado?
Estaba enfadado, triste, frustrado y me sentía culpable por haber acusado a Yugyeom durante tanto tiempo de algo que no había hecho.
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✔ ✏ 𝓟𝓓. 𝙼𝚎 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚜 「TK」
Random-: ✧ :-゜・. • • • -: ✧ :-゜・. Para distraerse en clase de Química, Jeon JungKook escribe en la mesa un fragmento de la letra de una de sus canciones favoritas. Al día siguiente, descubre que alguien escribió la continuación de la letra de la canción...