Dos semanas.
Habían pasado dos semanas desde lo que había sucedido luego de que Jimin despertó de aquel desmayo al descubrir que, prácticamente, fue el que causó la muerte se su primo.
Para empezar; estuvo en observación por un día, debido a la falta de alimentación y mal aspecto. Durmió profundamente y comió bien antes de volver a casa. Luego, la noticia del funeral de Johnny llego a sus oídos, y con tan solo oírlo cayo desmayado...de nuevo.
¿Se había vuelto un trauma? No sabía con exactitud, pero supuso que si debido a las imágenes que rondaban por su mente en el momento en el que alguien nombraba a su familiar fallecido, y la manera en la que murió. Recordar la palabra Castrati y estallaba en ataques de ansiedad, en puro e insoportable pánico. Tan puro que creía que podía morir en aquel mismo momento.
Finalmente, fue cuando recordó que, segundos antes de caer desmayado en el hospital, el Diablo no lo había sostenido. No había sentido la protección de sus brazos, no había sentido nada, e internamente estaba agradecido porque, en aquel momento, fue la primera vez que le tuvo miedo de la forma en la que todos lo hacían.
Miedo a que le hiciese algo, incluso sabiendo que, poco a poco, estaba llevadose su alma.
Sehun había vuelto a casa. Luego de un par de días, le comentaron sobre la muerte de su sobrino, y se encerró en su cuarto por mas de tres días. Siempre estaba en la sala, pero cuando Jimin llegaba a ésta, se iba a otra parte, incluso si era otra habitación, simplemente se iba. Ni siquiera lo miraba, rezaba constantemente-incluso más que antes- y al chico le dolía, debido a que esperaba una disculpa...una disculpa por querer hacer que quemara su propia piel, por pegarle a su madre, por tratar mal a su hermana, etc.
Pero, claramente, aquello no sucedería.
Pero lo que más le dolía a Jimin de toda aquella situación no eran los desmayos; el vivir constantemente con ansiedad, el cargar con la culpa de la muerte de una persona, de dañar a su propio padre, y mucho menos el saber que se iba a ir al infierno de manera segura y gratuita...
...el verdadero dolor fue que, luego de despertar aquel día en el hospital... Jungkook se había ido. Completamente. Ya no sentía el pitido en el oído izquierdo, no sentía el constante malestar, ni tampoco su cuerpo continuo deteriorándose. Incluso mejoró, ya no parecía un cadaver.
A pesar que, al principio, tuvo miedo de volver a ver Jungkook, definitivamente no se comparaba con el dolor de tenerlo lejos, de no sentir como lo envolvía en sus brazos en las noches o le acariciaba el rostro con pura curiosidad. Era terrible, y el nudo en su garganta no disminuía, ni siquiera llorando ruidosamente en los brazos de su madre, la cual no comprendía la tristeza de su hijo, creyendo que todo estaba bien.
Finalmente, luego de dos semanas, Jimin volvió a la escuela. "¡El viaje en el que Dios guía tu camino!" Dijeron, pero Dios no guiaba nada que tuviera el nombre "Park Jimin", y éste lo sabía.
Kim Taehyung continuaba molesto por no haber ido, Jimin temía ir porque sabia que irían casi todo el curso y eso implicaba que Im Jaebum y Park Jinhyun estuvieran ahí. Aquellos jóvenes habían vuelto la vida escolar de Taehyung y Jimin un calvario, todo por no lucir físicamente como el estereotipo de "hombres". Taehyung era un rebelde sin causa, incluso siendo de la misma edad que Jimin pero, por obvias razones, en el instituto no aparentaba aquello. En cambio, el rubio no podía aparentar su personalidad, aunque lo deseaba.Jaebum era el que siempre seguía a Jinhyun. Éste último había tenido una terrible vida, cayendo en un orfanato y siendo adoptado por una familia rica, tan solo por ser el niño mas hermoso. Se le subió la fama a la cabeza, nadie sabía que era adoptado excepto los padres de Jimin, los cuales se llevaban bien con los padres de Jinhyun. El rubio lo había escuchado en el momento en el que los padres de este lo habían confesado ante los Park, pero jamás dijo nada. Por supuesto que no lo haría.
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Dancing with the Devil •Kookmin•
ФэнтезиEs 1967 y Jimin esta harto de ser aquel chiquillo religioso al cual todos molestan. Ya cansado de Dios fingiendo no oírle, decide tomar otras riendas a escondidas; ¿Qué tan mal podría irle si recurriera al Diablo? ¿Que tan rápido le oiría esté? Era...