Amar al Diablo duele.

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¿Tal vez Muerte extrajo sus pocas ganas de seguir viviendo? ¿Será que solía tener ganas de vivir antes de que el dolor en su pecho surgiese, y ahora, solo sentía que jamás había querido respirar?

Luego de haber salido de la iglesia, su familia fingió no notar lo extraño que lucia. Nara preguntó un par de veces si se encontraba bien, debido a que su hijo parecía tener serios problemas para caminar, pero, ya que la Reunión con su familia lavó su cerebro- aunque lo que creían era cierto: Jimin tenía al Diablo consigo- no quiso acercarse demasiado. Iba a seguir todo como lo planeo junto con el sacerdote, sin arruinar las cosas...mas de lo que ya lo estaban.

Fue un poco obvio el cansancio en su cuerpo, ya que apenas llego a su casa, bajo los escalones que lo dirigirán hacia su cuarto, cerro la puerta detrás de si y, apenas su cuerpo estuvo sobre la cama, se durmió. Ni siquiera supo cuanto tiempo, o si alguien intento llamarlo. El malestar era demasiado fuerte, y el dolor en su pecho insoportable. Se pregunto, internamente, y con honestidad, si estaba muriendo. Rogo que fuese así, para no volver a sentir jamás en su vida aquel intolerable vacío.

Cuando amaneció al día siguiente, ni siquiera supo cuanto tiempo permaneció observando el techo, respirando de manera pesada mientras su madre se adentraba a la habitación, y le tomaba la temperatura corporal. No tenia fiebre, ni tampoco nada de temperatura, por lo cual se consideraba físicamente bien, y debía de asistir a clases.

---Pero no me siento muy bien.----Menciono, mientras se sentaba con lentitud en su cama, con la mirada fija en los ojos de su madre.----¿No importa?

Nara posiciono su mando sobre la de su hijo, dedicándole una cálida sonrisa.----Todo es debido al trabajo que el Padre esta haciendo en ti. ¿Dios? Dios es misericordioso, hijo. Lo que sea que haya pasado, lo que sea que hayas hecho...---Negó lentamente con la cabeza, aun sonriendo. Jimin la observo con cansancio, como si quisiese morir allí mismo.---...el lo dejara pasar. 

----Bueno, pero, ¿Qué tiene que ver eso con ir a clases?

La mano de su progenitora sostuvo la suya con mas fuerza, como si le estuviese brindando algún tipo de apoyo.----Si permaneces encerrado aquí, no mejoraras. Tienes que salir, estar con tus amigos, que de seguro te extrañan mucho, ¿no?

El joven rio sin ganas ante aquel comentario, pero asintió lentamente, dejando pasar aquello.---Tienes razón. De seguro...

De seguro lo extrañaban, ¿verdad? Su gran grupo de amigos...

....Taehyung.


*


El joven de mandíbula marcada y ojos castaños se cruzo de piernas, sentado en un banco de las mesas de la cafetería, observando con duda a su amigo frente a si, quien lucia como un cadáver. 

----Te ves un poco...

---Si.---Jimin, quien sostenía un tenedor con comida, permaneciendo así desde que tomo el contenido del plato, sin siquiera probar el primer bocado, respondió desanimado, asintiendo lentamente. 

----Como...no se.----Taehyung ladeo su cabeza, aproximándose al rubio, tomándolo del rostro con una mano y aplastando un poco las pálidas mejillas de este.---Como muerto.

----Desearía.

---¡No digas eso!----Lo regaño, observando a su alrededor, notando que no había ningún profesor o monja a su alrededor.----¿Quieres que te lleven a hacer un exorcismo, o que?

----Me llevaron ayer.----Comento Jimin, dejando, nuevamente, el tenedor sobre el plato, de manera algo brusca, suspirando profundamente.---Estoy tan...cansado.

Dancing with the Devil •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora