Again | Harry Styles

veintinueve

~ Scarlett ~

Abrí pesadamente mis ojos. No podía abrirlos, pero lo hice de poco a poco hasta acostumbrarme también a la luz. Cuando finalmente mis ojos estaban abiertos, vi como tenía vendas en mis brazos, y de como no podía moverme. Me di cuenta que estaba en el hospital, en un cuarto, y encima de una camilla. La cabeza me daba mil vueltas y a la vez me dolía bastante. Chillé queriendo poder tan siquiera moverme un poco, pero no podía por el dolor.

Mi mente recordó el por qué estaba aquí. Abrí mucho mis ojos e intenté llevar mi mano a mi vientre, pero no podía porque el cuerpo me ardía, impidiéndome mover. Comencé a llorar de desesperación. No quiero ni pensar de que perdí a mi bebé. Cuando caí rodando por las escaleras, recibí bastantes golpes que me dejaron inconsciente. Me dolía como nunca pensar que uno de esos golpes pudo recibir mi vientre y a causa de eso, haber tenido un aborto espontáneo. De sólo pensarlo, comencé a chillar sintiéndome terriblemente mal.

—Tranquila, señorita— me pidió una enfermera cuando entró a la habitación, pero yo no dejaba de llorar —¡Tranquila, no se altere!— dijo cuando se me acercó, y me abrazó en forma de consuelo.

—No qu-quiero perder a mi bebé, ¡dígame que está bien, se lo ruego!— le dije con mi voz rota, mi rostro estaba empapado por las lágrimas que caían sin parar —¡Dígame que no le pasó nada! ¡Dime que está sano y a salvo!

—Calme, calme.. — acarició mi cabello, cogió una pastilla del almacén y se acercó de nuevo a mí para dármela —Tómala, esto le ayudará a tranquilizarse. Le daré la información sobre su embarazo cuando el doctor venga aquí.

—Gracias.. — me tomé la pastilla —Pero por favor, no tarden.. quiero saber si mi bebé está bien.

Asintió, se marchó y luego de un tiempo después, llegó el doctor con unos papeleos en la mano. Le miré ansiosa, y fruncí mi rostro para que me dijera los malditos resultados cuanto antes.

—Señorita Butera— miró sus hojas, y luego a mí —Como vera, ha sufrido varios golpes. Tiene moretones en varias zonas, y su brazo vendado.. — miré mi brazo con varias vendas —Está fracturado. Por suerte no se rompió ninguna costilla, pero tiene varios raspones y un moretón grande en su costilla derecha.

—Doctor, sólo dígame como está mi bebé— murmuré con la voz rota. Estaba preparada para romper en llanto.

—Bueno.. — suspiró, encogiéndose de hombros —Usted tiene suerte— sonrió, y una enorme sonrisa apareció en mi rostro, ahora sí quería llorar —Los golpes afectaron su vientre, pero no fue un caso extremo. El feto aún está pequeño, por lo tanto, la herida en sus costillas no logró dañarle, ni ir a aquella zona. Pero eso sí, usted y su bebé están delicados— me vio seriamente —Debe de reposar bastante tiempo para que no haga esfuerzos ni nada que logre dañarlos. Cualquier cosa, puede perder al bebé ahora sí. Así que le exijo que repose y ni haga ningún tipo de esfuerzos. Debe calmarse, y reposar en cama cuanto le demos de alta.

—Gracias doctor— sonreí agradecida, y mucho más tranquila —Haré todo lo que me pida.

—Y no sólo cuide a su bebé, sino también a usted. — me negó con una sonrisa —Su cabeza está vendada, ya que se abrió. No perdió bastante sangre, pero tampoco poca. Aún así, le recetaré varias medicinas para que se vaya cuidando cuando esté en casa.

—De nuevo, se lo agradezco— dije tímidamente —Y oh... ¿usted sabe quien me trajo aquí?

—Una chica de cabello castaño oscuro... — asintió —Sólo la dejó, pero luego se fue. No nos dijo su nombre.

—Está bien, no se preocupe— agaché mi mirada, y oí como el doctor se marchaba junto la enfermera.

No puedo creer que Selena me haya empujado sobre las escaleras. Entiendo que esté borracha, pero aún así, ella sabía que estaba embarazada. Jamás la vi capaz de hacerme algo así. Tampoco, puedo creer que le guste Harry. Ella sabe que es mi prometido, ¿por qué se engancha en arruinar lo nuestro? Yo misma sabía que estar aquí en París no traería nada bueno. El lugar no tiene nada que ver, sino, Selena. Ella arma líos entre Harry y yo, y por su culpa, casi pierdo a mi bebé. Si regreso a casa, seguramente no podré estar tranquila. Y como el doctor me exigió, tengo que estar segura reposando. Nada de eso pasará si estaré ahí. No puedo llamarle "hogar" a esa casa, sino un infierno sólo para mí. Porque todo el dolor lo recibo yo. La que termina llorando, y perdiendo siempre soy yo. No regresaré allí como si nada hubiese pasado. Me iré, y estoy segura que todo estará mejor si me voy.