Cuenta Michelle
El martes por la mañana, una inesperada llamada telefónica vino a interrumpir mi felicidad. Se trataba de Daniel
—Michelle, querida. ¿Podríamos comer juntos hoy? Necesito hablar contigo.
No era una invitación, sino una orden. Yo deseaba con todas sus fuerzas colgar el teléfono sin más contemplaciones, pero no me atreví por miedo a que Daniel le revelase a Luigi mi identidad antes de que yo tuviera la oportunidad de explicárselo.
—De acuerdo. Pero tendré que volver pronto a la oficina. Podemos quedar en el restaurante de Tony, a las doce. ¿Sabes dónde es?
—Sí, pero será imposible. No sabes lo difícil que es conseguir mesa...
—Llamaré con antelación y reservaré una —dije secamente
Mark, el hijo de Toni, me recibió con una sonrisa y me acompañó a través del comedor lleno de gente hasta una mesa apartada.
—Lo siento, Michelle, pero no he podido reservarte una mejor. Si llamas antes la próxima vez, te acomodaremos más a tu gusto.
Daniel Smith me estaba esperando bebiendo un martín. Se levantó educadamente hasta que estuve sentada y después me ofreció un vaso de vino. Yo le noté tranquilo, sereno, casi confiado, y tuve un mal presentimiento.
—Y ahora —comenzó—, supongamos que me cuentas qué tal te van las cosas con nuestro común amigo...
—¡Con tu hijastro, querrás decir! —le corregí fríamente
—Sí, querida mía. Pero, por favor, procura no pronunciar su nombre. Recuerda que nos encontramos en un lugar público.
—Pues verás, como dentro de un par de días vas a leerlo en los periódicos, te anticiparé la noticia: vamos a casarnos.
—Enhorabuena. ¿Le has hablado ya de la relación que te une conmigo? El día que nos encontramos en el baile me pareció que no sabía nada.
—Tengo intención de decírselo enseguida.
—A mí no me parece buena idea, Mich. Luigi nos guarda cierto rencor a mi mujer y a mí...
—¡No le falta razón! —me negaba a tratarle bien
—Ah, veo que ya conoces la historia. Teniéndolo en cuenta, imagínate su reacción cuando se entere que has vivido como si fueras mi amante y que has usado vestidos que yo he comprado para ti.
—¡No digas tonterías! Yo no soy tu amante...
—Eso lo sabemos tú y yo. Pero, sinceramente, ¿tú crees que él se lo va a creer?
—Si yo se lo digo, me creerá.
Daniel me miró con una sonrisa perversa.
—Me parece que le va a resultar un poco difícil creerte si piensa que me has contado todo lo de su proyecto en Casano.
En ese momento me sentí invadida por el pánico.
—Yo no te he contado nada acerca de Casano... ¡ni una palabra!
—El creerá que me has contado lo de Casano.
Intenté ocultar el temblor de mis manos, mientras el miedo iba haciendo presa en mi.
—Daniel... ¿me estás amenazando con decirle que soy tu amante y todas esas mentiras?
—No es exactamente una amenaza —dijo Daniel con voz aterciopelada—. Lo que quiero es que entiendas que tú y yo estamos a punto de hacer un trato y que no te encuentras en situación de rechazar mis condiciones.
ESTÁS LEYENDO
Mentiras, Traición y Amor.
RomanceMe llamo Michelle Morris, tengo 23 años y mi historia comenzó cuando mi padre estaba muy enfermo y yo tenía que conseguir trabajo como fuera. Después de aliarme con Daniel Smith parar entrar en la empresa de su mayor competidor, me enamoré perdidam...